miércoles, 30 de diciembre de 2009

Ángeles al Viento: “Nosotras somos motoqueras”

El 5 de enero, Ángeles al Viento, el primer club de motoqueras de Chile está de aniversario. Cumplen cuatro años compartiendo el “orgullo, la pasión y el saber que se la pueden” arriba de la moto “y reivindicarse como mujeres frente a la cultura machista que se vive acá”, contaron estas mujeres motoqueras reunidas en la Plaza Italia mientras planificaban la celebración de su aniversario.

“La gran mayoría de los motoqueros son machistas, entonces la ven a uno más como mochila que como motoquera. Y al club le ha costado ser reconocidas como motoqueras. Nosotros no somos mochila acompañantes del motoquero, nosotras somos motoqueras y, así queremos ser reconocidas”, explicó Cecilia Hernández.


Son 22 mujeres de todas las edades y quehaceres las que integran este club. Para identificarse dentro del mundo de los/las motoqueros/as, acostumbran usar un Nick que reemplaza a su nombre. En sus chaquetas portan el dibujo de un ángel con cuerpo de mujer y de grandes alas celestes que viaja arriba de una moto, es el símbolo que las distingue de los demás clubes.


La necesidad de contar con un espacio de confianza y de reconocimiento mutuo las llevó a formar el grupo, donde cuentan que “hay más libertad para hablar; por ejemplo, no vas a llegar y decirle a un motoquero, ‘oye me duele la cabeza, me va a llegar la regla’, no comparte lo mismo”, además “tú encuentras un grupo de amigas que tú sabes que están ahí, personas con las cuales tú puedes contar en las buenas y en las malas, un grupo grande que van a estar contigo”.


El viento, la velocidad, la admiración de la gente y a veces el sentirse desafiadas por otros motoqueros en la calle, son ingredientes que están presentes en la cotidianidad de estas mujeres quienes experimentan en la moto la posibilidad de realizar otras actividades distintas a la normalidad del mundo doméstico y de la crianza. “Tú misma te sentís bien contigo misma, te demuestras que puedes hacer más cosas de las normales. Por ejemplo yo soy dueña de casa, crío güagüita chuiquitita; pero al mismo tiempo cuando me subo a una moto digo, pucha, puedo hacer otra cosa que no sea solamente lavar platos”, comentó Hernández.


“No por manejar una moto grande, pesada, que es con fierro y todo, dejamos de ser mujeres. Somos femeninas, somos sexy, nos pintamos y no somos amachadas. No por ser motoqueras dejamos de ser femeninas”, contó Priscilla Ceballos, presidenta de Ángeles al Viento.


Según Ceballos, después de la implementación del Transantiago empezaron a andar más mujeres en moto, lo que facilitó que se empezaran a organizar y a juntarse. El requisito para ser parte del club es tener una moto con licencia y todos los papeles en regla. Para ellas es primordial hacer la diferencia entre quienes manejan motos sin licencia, que por lo general son hombres, y las integrantes del club.


Este aniversario será en forma privada, a diferencia de otras ocasiones donde la celebración ha sido “en grande”, las Ángeles al Viento están pensando en descansar y ser atendidas en un restorán.

Por Vanessa Naranjo Inostroza


sábado, 26 de diciembre de 2009

Colectivo Mujeres Araucaria: “PARA NOSOTROS ERA MUY IMPORTANTE SENTIR QUE ÉRAMOS DE LA VICTORIA”

En 1991 un grupo de mujeres de La Victoria, algunas de ellas de la parroquia y otras del mundo social, decidieron formar el Colectivo Mujeres Araucaria. Se habían propuesto crear una organización de mujeres distinta a lo que existía en ese momento en el sector. En su primer año de vida las acompañó el CRP, que ahora es Conspirando o Capacitar, nos cuenta Verónica Aravena, presidenta del colectivo, quien junto a su madre, Eliana Olate, presidenta de la Red de Mujeres de Pedro Aguirre Cerda, son las únicas integrantes que permanecen desde los inicios del colectivo.


¿Por qué surge la necesidad de formar este grupo, a parte de las mujeres de la parroquia y que venían del mundo social?


V: Porque yo creo que en ese momento había necesidad de volver a mirarse así misma. Muchas de las mujeres que estábamos ahí habíamos hecho mucho por otros y por otras. Y de repente era necesario volver a mirarse así misma y ver que nos hacía falta como mujeres, más allá de la actividad que habíamos desarrollado antes. Era una necesidad de aprender para sí mismas, para estar mejor cada una. Y fue en esa área que nos fuimos formando.


Y cuando ya empiezan a desarrollarse en esa área, ¿cómo ven la política desde las mujeres?, ¿se preguntan por el hacer política desde las mujeres, cómo la van entendiendo?


E: Yo creo que primero que nada, comenzamos dándonos cuenta desde ese momento que no se visualizaba tanto la discriminación hacia la mujer. Sobre todo en la comunidad cristiana se empieza a ver esta discriminación hacia la mujer, se empieza a sentir. Y también algunas comenzamos a ir a talleres de teología feminista, comenzamos a abrir más los ojos, a darnos cuenta, de ciertas cosas. Y a ir comparando las situaciones que estábamos viviendo. Como decíamos siempre en ese tiempo a leer la Biblia con sospecha. Y de ahí fuimos haciendo un camino hacía el Colectivo Araucaria, porque dentro de la iglesia no lo podíamos hacer.


¿El nombre de Colectivo Araucaria lo eligen por alguna razón en especial?


V: Nos dimos hartas vueltas con el nombre. Estábamos entre el alero, el refugio, el amparo, un montón de nombres así. Hasta que una compañera de nosotras llegó con el poema de Pablo Neruda de oda a la araucaria y, lo leyó, y encontramos que sí tenía razón, en el sentido que la araucaria es un árbol lento en crecer. Es el principal alimento del pueblo mapuche, era nutricio, era perenne, en el sentido que era muy eterno y, le quisimos poner ese nombre. Además que tenía que ver mucho con las raíces. Para nosotros era muy importante sentir que éramos de La Victoria, tener una identidad super clara, que éramos mujeres pobladoras, que iniciábamos un proceso y que necesitábamos sentir siempre ese arraigo.


¿El colectivo ahora integra mujeres también de otros sectores?


V: Tenemos mujeres de San Joaquín, en este momento. De acá de Villa Sur, digamos de los dos costados de La Victoria. Está San Joaquín, La Victoria en el medio y está Villa Sur.


Si hiciéramos un balance o un recorrido por la historia del colectivo ¿cuáles serían sus principales momentos?


E: Cuando recién nacimos y creamos nuestro propio taller después de haber estado un año en formación. Se llamó “Abriendo Ventanas”. Y ese lo empezamos a dar en La Victoria, fue linda esa época de hacer desarrollo personal a las mujeres que también nosotras conocíamos, con las cuales igual habíamos estado en otras cosas. Fue una experiencia, para mí, bastante especial.


¿De qué se trataba el taller?


V: Trabajábamos el tema de identidad, el tema de autoestima, trabajamos la relación también madre e hijo, era un tema que las mujeres lo requerían y trabajamos la solidaridad de género. El objetivo de la Araucaria siempre fue una formación integral para las mujeres, que pudieran ser lideresas en el ambiente en el que ellas se desarrollaban. La idea era que se pudieran integrar a los ambientes haciendo algo.

Quizás otro hito de la Araucaria es cuando empezamos a integrar el trabajo corporal como actividad importante de los talleres, ya no solamente el desarrollo personal. Y lo fuimos integrando al trabajo con las mujeres pobladoras, cosa que no se hacía. Para las mujeres era super desconocido y era super necesario. Nos fuimos dando cuenta de eso. La relación que generamos entre nosotras cuando hacíamos trabajo corporal -en los encuentros que hacíamos- para muchas mujeres era inolvidable.


Verónica, tú mencionaste la solidaridad de género ¿cómo la entienden ustedes?


V: Yo creo que eso es super difícil abordarlo como tema. Cuando nosotras lo trabajamos siempre tratamos de que se tratara de la cooperación entre nosotras. De cómo podíamos ayudarnos unas a otras, como mujeres. Yo creo que ese era el hincapié que le poníamos al taller. Ahora en la experiencia, con los años, a veces está la cooperación, pero también está el entender a la otra. El entender las decisiones que va tomando en la vida, el apoyar ese tipo de decisiones. Yo creo que ha ido variando, por lo menos para mí la definición de solidaridad.


¿Cuáles son sus proyecciones?


V: Por ahora estamos abordando oportunidades. Ponte tú, se nos presentó una oportunidad para el aniversario de la muerte del padre André Jarlán y, cómo Araucaria hicimos una actividad y, la llevamos adelante y estuvimos todas trabajando juntas. Y fue bueno, pero ya nos cansamos y estamos en proceso de receso, porque hay gente nueva, no todas tienen el mismo ritmo. A lo mejor tiene que ir cambiando el sentido de organización de mujeres, porque nosotras tenemos mujeres que trabajan. Y cuando una mujer trabaja en un horario fuera de la casa, es distinta la participación. Eso nos está pasando, antes no, de alguna manera todas estábamos en la casa. Y eso nos permitía ser más flexible por los horarios. Entonces nos cuesta mucho más organizarnos, las energías son menos a veces. Y yo les decía que a lo mejor estamos en proceso de cambio, algo está pasando.


Igual es una organización que se ha mantenido en el tiempo.


E: Se ha mantenido yo creo porque hemos habido algunas que hemos sido perseverantes. Gracias a eso se ha mantenido. Porque de repente, uno llegara y dijera, “ya, no voy más el día viernes a reunión porque las chiquillas no llegan”. Y yo he estado tentada varias veces, pero al final igual vamos por si llega alguna.


EL MOVIMIENTO DE MUJERES COMO REFERENTE PARA SUS ACCIONES


¿Ustedes cómo se ven así mismas dentro del concierto de las otras organizaciones de mujeres, se sienten parte del movimiento de mujeres y feminista?


E: Sí de todas maneras. Más parte del movimiento de mujeres que feminista, por lo menos a mí me pasa, me siento más parte del movimiento de mujeres por la lucha que se ha dado en las conquistas de los derechos de las mujeres. Por ese lado yo siempre me he sentido más identificada con el movimiento de mujeres.

V: Y de hecho para nosotras, un apoyo ha sido el movimiento de mujeres, porque muchas veces era el único referente que teníamos. Dentro de la comuna no había otro grupo que tuviera las características que nosotras teníamos. El único referente que nosotras teníamos era el movimiento de mujeres para juntarnos con otras mujeres de otros lados, que sí estaban haciendo algo parecido a lo que estábamos haciendo nosotras. Porque aquí en la comuna no lo encontrábamos. De hecho, hasta el año 2001, cuando formamos la Red de Mujeres, la idea era formar una red de mujeres con organizaciones donde pudiéramos tener ese referente, dónde pudiéramos compartir eso.


¿Cuéntame de la Red de Mujeres de Pedro Aguirre Cerda?


V: Nosotras como Colectivo Araucaria, iniciamos un proceso en el año 99, más o menos, de hacer encuentros comunales. Porque la idea era, decíamos cómo no va a haber otras mujeres con las mismas inquietudes que nosotras dentro de la comuna. Empezamos a tomar temas que estaban dentro de la agenda de género y los trabajábamos como encuentros comunales. Y buscábamos alianza. Primero hicimos alianza con la Unión Comunal de Centros de Madres, ahí casamos a algunas mujeres. Y en el año 2001 pasamos un proyecto de la sociedad civil y la idea era formar una red de mujeres. Trabajamos harto porque tuvimos que hacer un catastro de todas las organizaciones de mujeres que había en la comuna.


¿Han encontrado otras organizaciones como ustedes en la Red?


E: No, nos ha costado mucho. Han surgido tantas dificultades porque no todas van para el mismo lado. Las mujeres que no son de la Araucaria, son diferentes. No es el mismo ideal, no son los mismos sueños. Leyendo una sistematización del proyecto, me daba cuenta que las que están en la directiva ahora, querían talleres de peluquería, de manualidades. A mi me dolió mucho porque yo me di cuenta que cometimos hartos errores también. Quisimos acelerar un proceso que no se ha dado.


Ustedes han tratado de poner el tema de género en la comuna


E: Lo hemos puesto. Aunque algunas que están metidas dentro de lo político, ahora lo tomaron como bandera de lucha y se han adueñado del trabajo que nosotras hemos hecho.


¿Mujeres de la Red o de otros sectores?


E: Mujeres de la Red, una de ella que era concejala.


¿La Claudina Nuñez?


E: No, la Claudina no, la Claudina nos reconoce a nosotras como Araucaria que hemos puesto el tema de género. Nosotras empezamos a hablar de las problemáticas de las mujeres. Y eso, de alguna manera, cuando se instala aquí lo que se llamó comuna segura en la municipalidad, nosotros hicimos un proyecto con el tema de violencia intrafamiliar, así había que ponerle. Pero nosotros logramos hacer que el secretario técnico asumiera que era violencia contra la mujer, que no solo era violencia intrafamiliar. Y así logramos hacer varias actividades, llenar de murales, salir de la población.


Por Vanessa Naranjo Inostroza



miércoles, 23 de diciembre de 2009

Murallas invisibles que vigilan y castigan

La violencia simbólica está presente en los órdenes de nuestra cultura como murallas invisibles que afirman la normalidad de nuestros mundos cotidianos. Una levantada de ceja del padre, el piropo en la calle, una voz masculina autorizada, el silencio que otorga, la persuasión de la publicidad utilizando los cuerpos de las mujeres, la culpa y vergüenza de quienes experimentan la violencia doméstica y sexual, los asesinatos contra mujeres, son signos de un texto mayor que nos vigila e intimida.


Hombres y mujeres participamos en la confección de esta telaraña de significados* que nos sostiene y que al mismo tiempo nos advierte de duros castigos si destejemos sus hilos. Esta forma de violencia circula por nuestros lugares más habituales, disciplinándonos y constriñendo nuestro ser y hacer. Constantemente escuchamos voces y leemos gestos que nos fuerzan a mantener el orden establecido por el poder del padre, o del esposo, o simplemente por el poder abstracto de la figura del hombre como sujeto universal investido como la imagen de lo humano.


Los símbolos de estás violencias, no sólo están arraigados en nuestro inconsciente individual y colectivo, no sólo los aceptamos y validamos como legítimos modos que ordenan nuestra convivencia en sociedad, sino que se han independizado de nuestra intelección y del origen de su propia construcción. Hemos olvidado que su hechura la creamos nosotros(as), con nuestras prácticas, imaginarios y discursos. Es aquí donde radica su peligrosidad, como entes autónomos, parecen escapársenos de las manos y tener gobierno propio, al cual nos sometemos como victimas y victimarios.


Es por ello que necesitamos agudizar nuestros sentidos y escuchar nuestros malestares provocados por esta invisible y suave violencia de la que nos habla Bourdie. Suave pero que se encuentra incrustada en la base de la dominación masculina que viven mujeres y niñas habitantes de espacios y tiempos donde el odio, el desprecio, la misoginia oprimen sus vidas relegándolas a lugares que la cultura patriarcal ha creado para ellas. La depresión, por ejemplo, es uno de estos lugares simbólicos donde nos relegan a las mujeres y, que por cierto, hacemos propio como explicación de la violencia estructural que padecemos, pero que no somos capaces de reconocer porque sus signos están inscritos en lo no pensado, ni observado; y si no los vemos, difícilmente podemos sospechar las formas para su disolución o construir otros lugares posibles.


Atrevernos a explorar nuevas maneras para la transformación de estos caminos conocidos por los que transitamos, puede ser una vía que nos libere de los barrotes invisibles de la violencia simbólica. No estamos solas en esta invitación, salgamos al encuentro con las otras e imaginemos un mundo sin violencias donde hagamos la revolución simbólica que necesitamos para tejer los hilos de una telaraña que nos sostenga sin constreñimientos, ni castigos.


Por Vanessa Naranjo Inostroza

sábado, 19 de diciembre de 2009

Casa Abierta en Con-spirando: Compartiendo Sabidurías

El sábado 12 de diciembre en Malaquías Concha 043, Con-spirando abrió las puertas de su casa a la comunidad Santiaguina. Entre quiche, música y talleres las conspiradoras y, las y los visitantes a esta “Casa abierta” se deleitaron compartiendo sabores, melodías, danzas y colores.

En su doble objetivo la Casa Abierta es un espacio que se abre a la comunidad, a las organizaciones de mujeres y a la gente en general para que las personas que no nos conocen, vengan a conocer y, para las que nos conocen puedan participar y compartir” y, el segundo objetivo “es también con eso promocionar las actividades de Con-spirando, y también la revista y los libros”, explicó Ute Seibert.


Dentro de las actividades que se realizaron, hubo una pequeña muestra de lo que son los talleres que llevan por nombre “Nuestro Cuerpo-Nuestro Territorio”, en los cuales se puede “reciclar” energías tanto individual como colectivamente. Para Seibert la “metáfora de territorio es como muy bonito porque durante mucho tiempo las mujeres hemos sido como un territorio ocupado por el patriarcado, como que este cuerpo nos ha sido muy expropiado. Y eso de volver a habitar nuestro cuerpo, conocerlo, explorarlo, con sus distintos paisajes, sus distintas profundidades, con sus límites, eso a nosotras nos gustó mucho.”


Para Claudia Zuñiga, haber participado en el taller por primera vez fue una experiencia liberadora: “uno habitualmente no está acostumbrada con los demás a relacionarse de esa forma, a través del cuerpo. Cuesta mucho salirse de la empaquetadura que uno tiene con sus roles, para moverse, para expresar con libertad”.


El aprendizaje de prácticas ecológicas en la ciudad también estuvo presente con Rolene Walker, norteamericana, quien viene caminando desde California hasta Latinoamérica en su peregrinación por la Tierra. En la charla-taller enseñó cómo hacer un jardín en la pared con materiales que pueden reutilizarse como las botellas plásticas. “Necesitamos crear nuevas éticas contra el biocidio y el geocidio, es decir, dañar la tierra a tal punto que no puede sobrevivir nada, que ha hecho mi país y no ha hecho Chile”, enfatizó Walker.


Miriam Pancetti condujo el taller de Biodanza quien facilitó entre los y las asistentes la creación de movimientos corporales que permitieron el encuentro y la cercanía. Al finalizar, la música en vivo -en el patio de la Casa Abierta- se unió a la suave brisa de las tardes primaverales de Santiago.


Por Vanessa Naranjo Inostroza

Lanzamiento de la Revista Nomadías Nº 10

El Jueves 3 de diciembre se lanzó el número 10 de la Revista Nomadías, una coedición de la Facultad de Filosofía y Humanidades de la Universidad de Chile y la Editorial Cuarto Propio, en el Museo Vicuña Mackenna de Santiago. El programa de lanzamiento escenificó algunas de las secciones que contiene este número, como el espacio de Antologías dedicado a la Lira Popular y el Dossier titulado El aborto: zona de beligerancia en Chile, donde participaron algunas de las autoras que escribieron en la revista.

Micaela Navarrete, Licenciada en Historia e investigadora de la identidad chilena a través de las fuentes populares indicó que las mujeres están ausentes como tema en la lira o poesía popular y, aún más extraño es encontrar mujeres poetas populares. En la sección de Antologías de la revista, Navarrete, destaca el trabajo de “Rosa Araneda, una poeta popular a quien le costó practicar su arte porque la poesía popular era oficio de hombres, le costó validar su creación. Era una mujer aguerrida para defender sus temas, para opinar en política, para hacer crítica social y, por otro lado muy tierna para los versos del amor, sus versos de canto a lo divino.”


Para ilustrar el Dossier, El aborto: zona de beligerancia en Chile, se realizó un pequeño foro sobre el tema que moderó Kemy Oyarzún, Directora de la Revista Nomadías, las exponentes fueron Rubí Maldonado, Ginecobstetra del Hospital Barros Luco y del Instituto Chileno de Medicina Reproductiva (ICMER); Claudia Sarmiento, Abogada del Centro de Derechos Humanos de la Universidad de Chile y Millaray Painemal, Licenciada en Historia Universal y socia fundadora de la Asociación Nacional de Mujeres Rurales e Indígenas (ANAMURI).


“Hablar mucho sobre este tema, hacerlo visible, exigir cambios en las autoridades logrará finalmente hacernos salir de la vergüenza de no tener una ley sobre aborto y nos dará a las mujeres la alegría de seguir conquistando nuestro derecho a ser persona”, con estas palabras concluyó Maldonado su intervención. Por otro lado, Sarmiento, destacó que el mérito del Dossier “es, precisamente, dar cuerpo y carne a la decisión moral tras el aborto, reivindicar a las mujeres como sujetos morales dotadas de voluntad y, romper el cerco de silencio que permite la mantención de un status quo que niega su voz y las relega al sacrificio”. Painemal se refirió a las mujeres trabajadoras de las empresas de la agroexportación quienes están expuestas a los plaguicidas y a las consecuencias a que conlleva esta exposición: “tenemos muchas mujeres que están con niños con malformaciones, entonces, esto lleva a preguntarse por qué el estado no propone leyes que permitan que las mujeres decidan abortar, por qué traer niños y niñas con estas malformaciones”.


En la ocasión también se celebró los 25 años de la Editorial Cuarto Propio que respondió en sus orígenes a la necesidad de revitalizar la actividad editorial censurada por la Dictadura Militar. “Cuarto propio respondió a la inquietud de un espacio donde la reflexión que se realizaba tenía como eje fundamental este cuestionamiento más allá de la información y coyuntura de los desaparecidos, está anclado en esto, pero es reflexión desde otro lugar”, señaló Marisol Vera, Directora Editorial Cuarto Propio.


La velada estuvo amenizada con música campesina que interpretó la cantora Rosa Alarcón originaria de Cunco y radicada en Santiago.


Por Vanessa Naranjo Inostroza

viernes, 18 de diciembre de 2009

Voces de mujeres al aire: Lanzamiento de El Collar de Perlas

Desafiamos a quince mujeres a que se apoderaran de la radio, de la comunicación radiofónica como una oportunidad para pensar en voz alta al país que sueñan, el país que necesitan”, dijo Rosario Puga, gestora del proyecto Radio Escuela de Mujeres en el lanzamiento de El Collar de Perlas el pasado 13 de noviembre en dependencias de Radio Tierra.
El Collar de Perlas es un programa radial realizado por un grupo de mujeres jóvenes que ponen al aire sus historias y experiencias de ciudadanía. Según Giulia Tarducci, una de sus realizadoras, el nombre del programa evoca la idea de red, que es como sienten el trabajo y la existencia de los vínculos entre ellas. Para Erika Díaz, otra de sus realizadoras “las perlas son piedras preciosas que están escondidas como las voces de muchas mujeres.”


El programa se inscribe en el proyecto Radio Escuela de Mujeres de Corporación La Morada cuyos objetivos son poner a circular “ideas, reflexiones y debates sobre la ciudadanía de las mujeres en Chile”. Además tiene el propósito de ser una herramienta de comunicación que amplifique la voz y las palabras movilizadoras de muchas mujeres que ponen mundos en contacto en la construcción de ciudadanías.


“Ha sido una experiencia de enriquecimiento, yo creo que para todas. Siento, también, un grupo que hemos conformado, que ha sido tan heterogéneo. Hemos podido compartir distintas visiones, distintas experiencias y dentro del camino hemos podido ir definiendo nuestras metas que queremos lograr”, señaló Francia Gómez, integrante del equipo de producción del Collar de Perlas.


En el marco del proyecto también nace la radio web "Radio Mujeres", un sitio de interacción con la producción radial de estas lideresas jóvenes. En este sitio se podrá navegar mientras se escucha su producción y, también quienes quieran hacer sus aportes podrán hacerlo a través de la sección “recursos a compartir” en un espacio que se llama “armando nuestro collar”, donde se deberá llenar un formulario. La sección “formación” de la página tiene disponible todos los materiales que se utilizaron en los talleres de la escuela en la formación de las realizadoras.


El sitio se podrá visitar en www.radioescuela.org/mujeres, donde se encuentran los audios de El Collar de Perlas, un espacio que también podrá escucharse en Radiotierra 1300 AM o en www.radiotierra.cl, todos los martes a las 20:00 horas.

Por Vanessa Naranjo Inostroza

Visible/Invisible: Una nueva mirada a la fotografía durante la Dictadura en Chile

“Hemos sentido que en Chile hace falta hablar un poco de la fotografía y hablar de la Dictadura desde una perspectiva nueva. No solamente la represión, los miedos, la desprotección, sino también hablar de cosas más cotidianas, contemporaneizar un poco la Dictadura. Las fotos pueden perdurar en el tiempo y, no solamente estar anclada a una época”, fueron las palabras de apertura de Montserrat Rojas, investigadora y curadora del proyecto Visible/Invisible: Tres fotógrafas durante la Dictadura Militar en Chile, en la inauguración de la exposición fotográfica del mismo nombre.

La exposición se abrió al público el pasado 9 de noviembre en el Goethe Institut, en Santiago, con un conversatorio entre las artistas Helen Hughes, María Eugenia Lorenzini, Leonora Vicuña, el equipo de investigación y el público asistente. Lo más importante de este proyecto, destacó Montserrat, es el trabajo de cada una de las fotógrafas que por primera vez exponen juntas y algunas de sus fotos nunca se han exhibido. “Con esto esperamos (el equipo) aportar a una nueva visión de la fotografía en Chile, a una nueva visión de la Dictadura, a romper el pensamiento lineal, que la dictadura empezó el 73 y terminó el 89, sino que hay otras cosas que conversar y ver”, señaló la investigadora.


El conversatorio se inició con Mario Fonseca, investigador y co-curador quien hizo las veces de interlocutor y presentador de las artistas. Las fotógrafas tuvieron la oportunidad de hablar del significado de sus trabajos, sus historias personales y la relación con el periodo dictatorial.


“Mi fotografía podría estar ligada a cierta melancolía, a una cierta manera de percibir Chile, no sólo en aquella época, sino como lo percibo hasta el día de hoy, de lo que es el pasar, el devenir. Efectivamente no soy buscadora de situaciones equis, dadas, en ese sentido, no soy tan fotógrafa tampoco”, reflexionó Leonora Vicuña (1952) quien a su regreso a Chile, después de haber estudiado antropología en París, estudió fotografía. Sin embargo sus dos identidades profesionales no la definen del todo, aclara. Para ella ser fotógrafa es una parte suya y, practicar este arte, compara, es como practicar el arte de cocinar también.


“Uno veía a las mujeres fortalecerse a través de los años. Los familiares de los detenidos desaparecidos, participaban mayoritariamente mujeres, porque los hombres eran los que habían desaparecido”, respondió Helen Hughes (1948), fotógrafa norteamericana y residente en Chile desde 1971, ante la pregunta por el registro de mujeres en la Dictadura.


María Eugenia (Kena) Lorenzini (1957), fotógrafa feminista, aprovechó la ocasión para rendir un homenaje a las mujeres fotógrafas, entre las cuales mencionó a Marcela Briones, Anita Alfaro, Patricia García, Paz Errázuriz, entre otras. Uno de los hallazgos de este proyecto de investigación, fue encontrar en estas tres obras fotográficas rasgos distintivos y propios, lo que las coloca en una senda autoral particular a cada una de estas tres identidades femeninas. En la fotografía de Kena “descubrimos que tenía una ironía única, donde los sujetos represores pasan a ser figuras del absurdo”, explicó Montserrat.


Visible/Invisible, Tres Fotógrafas Durante la Dictadura Militar en Chile, también se exhibe en el Centro Cultural Palacio de la Moneda.

Por Vanessa Naranjo Inostroza

Lanzamiento del libro “Debates Feministas Latinoamericanos”


El pasado 2 de noviembre se lanzó el libro “Debates Feministas Latinoamericanos” de María Stella Toro, en la sala Acario Cotapos de la Estación Mapocho, en el marco de la 29ª Feria Internacional del Libro de Santiago. El texto fue el resultado de un largo proceso de trabajo -y participación de la autora- en espacios de feministas populares que se concretaron en la elaboración de sus tesis de Magíster en Estudios Latinoamericanos de la Universidad de Chile. Además, es una recopilación y sistematización de experiencias y discursos de distintas feministas latinoamericanas que estaban dispersas y que se plasman en esta obra. También es un intento de análisis de los quiebres y diferencias políticas que han estado presentes en las últimas décadas en el feminismo latinoamericano.
María Stella, historiadora y feminista, leyó la presentación del libro titulada “Lo Personal”, donde da cuenta de su relación y experiencia con mujeres pobladoras de la zona sur de Santiago: “Con el tiempo y hasta ahora fui descubriendo un mundo, en ese entonces nuevo, de mujeres que se apoyaban entre sí, que le ponían nombre a muchos de los malestares que yo misma sentía”. En sus palabras mencionó a la historiadora feminista Edda Gaviola de quien recuerda su invitación a esos espacios feministas y su “generosidad siempre presente.”

El inicio del lanzamiento estuvo amenizado con una performance de la artista visual, historiadora y feminista, Julia Antivilu, que consistió en invitar a las asistentes a medir su feminismo de forma irónica con dos instrumentos denominados feministómetros. Este preámbulo abrió el comentario de Julia quien se refirió al estado actual del feminismo con la formulación de diversas preguntas que apuntaban a cuestiones como la institucionalidad, la autonomía, el compromiso y la discusión feminista. “En este escenario celebro Debates Feministas Latinoamericanos de María Stella Toro’. Hoy este libro nos versa de las ataduras del feminismo de hoy, en la época del fin de las marchas, pero no de la claridad feminista”, expresó.

Natacha Gómez, periodista, académica de la Universidad de Playa Ancha y una de las fundadoras del Colectivo Feminista Popular de la zona sur, hizo alusión a que el libro tenía que ver con “las historias personales de varias de las mujeres que estaban allí”. En su presentación rememoró a la autora como una “jovencísima estudiante universitaria ávida de saber lo que estaba pasando y lo que se estaba pensando en un amplio colectivo de mujeres”.

“Debates Feministas Latinoamericanos”, invita a reflexionar sobre “cómo generar proyectos políticos feministas en los que puedan convivir las distintas corrientes, sin que ‘una’ trate de homogeneizar a las ‘otras’”. Sin duda, es uno de los desafíos para el feminismo actual.


Por Vanessa Naranjo Inostroza


jueves, 17 de diciembre de 2009

“La bicicleta: una herramienta de autonomía para las mujeres”


El sábado 24 de octubre se desarrolló la Tertulia Mujeres y Transporte Activo en Ciudad Viva, ubicada en Dominica 14 Barrio Bellavista. En la ocasión se entregaron los resultados de la investigación participativa titulada “Mujer, Bicicleta y Ciclorutas”, realizada en Santiago y cuyo fin es poner al centro de la planificación de las ciclorutas la experiencia de las mujeres. Además se contó con la participación de Anvita Arora, Arquitecta y Planificadora de Transporte, Doctora del Indian Institute Technology, quien relató la experiencia de un programa que enseñó a mujeres empleadas domésticas de la India a andar en bicicleta para empoderarlas y darle autonomía.

Las mujeres arriba de la bicicleta en Santiago, satisfacen múltiples necesidades con este medio de transporte, en este sentido la bicicleta es un promotor social de las mujeres. Sin embargo, viven la inequidad de género porque sus experiencias arriba de la bicicleta y su desplazamiento por las calles no son incluidas en las planificaciones de transporte. “Todo el foco de los planificadores de transporte siempre es para que haya suficiente buses, suficientes frecuencias, suficiente tamaño de bus, para los horarios punta; ¿y qué pasa? que las mujeres, en su mayoría no viaja en horario punta, entonces quedan descuidadas de la planificación”, explicó Sofía López, una de las investigadoras.

Una de las recomendaciones que arrojó esta investigación fue acompañar con información y educación la infraestructura existente, específicamente las ciclorutas; las que además deben ser seguras y construirse en lugares con movimiento de gente. Deben estar iluminadas y además se debe minimizar el conflicto en las calles peligrosas, junto con dar facilidad de acceso a las mujeres a sus destinos. “Para las mujeres la ciudad es un campo de batalla. Este problema se enfrenta día a día y no es algo aislado, y si se trabajan estos problemas se empodera a las mujeres”, señaló Sofía.

El otro tema de conversación fue la experiencia de enseñar a andar en bicicleta a mujeres en la India, a travésfue un programa piloto que tuvo lugar en un contexto donde andar en bicicleta es una actividad principalmente de hombres. Este grupo de mujeres tuvo que enfrentar la desaprobación de sus maridos, padres o hermanos. “Por una parte es un tema cultural, no se mira bien que la mujer se movilice por sí misma, que tenga autonomía de movimiento. Y además, tal como ocurre con el auto, que cuando hay un solo auto en la casa sólo el hombre tiene acceso al él, pasa lo mismo con la bicicleta, si hay una sola bici en la casa el hombre es quien la maneja”, contó Anvita.
Durante la tertulia, un video mostró la situación de las mujeres en relación al transporte público y el uso de la bicicleta en la India. Al igual que en Chile, las políticas de movilidad y transporte no consideran las necesidades de las mujeres, no existe sensibilidad hacia ellas, y no relacionan la movilidad con el desarrollo. “En nuestra sociedad las mujeres no tienen movilidad. A menudo no las dejan salir, hasta para ir al almacén. La falta de transporte siempre ha sido un instrumento para mantener en un estado de subdesarrollo a las mujeres. Todas las formas de transporte rápido son muy costosas. La falta de recursos y tiempo las obliga a tomar trabajos muchos más cercanos a sus casas, y esto limita sus opciones de trabajo y finalmente se encuentran atrapadas en la pobreza”, se señaló en el video.
En este contexto, la bicicleta representa una solución a los problemas de movilidad para las mujeres, ya que las saca del círculo de la pobreza porque demoran mucho menos tiempo para ir a sus trabajos, lo que les permite reducir su tiempo de viaje y trabajar en más casas, que cuando no usaban la bicicleta. “No hay ningún lugar que le quede demasiado lejos, y como los otros modos de transportes son costosos, la bicicleta hace un aporte super útil. Así que entrega una movilidad fácil a las mujeres pobres y les abre nuevas visiones de desarrollo. La bicicleta le dio a estas mujeres orgullo de sí mismas y una oportunidad”, se relató en el video.
Las mujeres y la bicicleta son agentes de cambio sociales que deben ser considerados en la planificación del transporte urbano, y tanto en la India como en Chile, se encuentran con los mismos obstáculos para su integración al espacio público. Sin embargo, desde Ciudad Viva y otros actores en colaboración, están promoviendo su inclusión en la planificación del transporte.

Por Vanessa Naranjo Inostroza




Sabores, texturas, colores y olores: Nacimiento de la Revista Con-spirando Nº 60, “Sabidurías Compartidas”


Con un rito de agradecimiento a la vida por el momento sentido profundamente sagrado, el Colectivo Con-spirando celebró el lanzamiento de la revista del mismo nombre en su edición especial número 60, titulada “Sabidurías Compartidas”, el viernes 16 de octubre en el Café Literario ubicado en el Parque Bustamante, Providencia. En medio del círculo rodeado por los y las invitados(as), Ute Seibert y Carla Cerpa pronunciaron palabras referidas “al gran sueño” colectivo: “Nosotras y nosotros somos parte del gran sueño. Somos sueños también de otras y otros. Realizamos los sueños de otras y otros que se han gestado en mucho, mucho tiempo atrás. También los invitamos, hoy día a conectarse con sus sueños; que entre todas y todos podamos nutrir nuestros sueños.”


Al término del rito, la celebración continúo en el salón del Café Literario, lugar donde se dio la bienvenida a los y las invitados(as), junto con poner en contexto la producción e historia de la Revista Con-spirando y su edición especial. La revista nació en marzo del 1992, y sus autoras nunca se imaginaron que llegarían al número 60. “Estábamos buscando nuevas visiones, en el ámbito de la teología, la ética y el eco-feminismo. Queríamos explorar nuevas y a la vez antiguas cosmovisiones que podrían decirnos que es el ser humano en clave de mujer a esta altura de nuestra evolución”, contó Judith Ress, integrante del colectivo.


“Sabidurías Compartidas”, una revista en forma de libro, es una muestra de quienes son las mujeres, que están y han estado entretejiendo juntas expresiones de lo sagrado. Son mujeres buscadoras de sentido y belleza. Y también mujeres en relación, conectadas desde el corazón e imaginando un mundo post-patriarcal. Judith, señaló, además, que ven este número de la revista como un puente entre el pasado y el futuro de lo que ha sido Con-spirando y lo que puede ser.

Josefina Hurtado, destacó “el significado profundo que tiene el ser un colectivo y hacer un trabajo colectivo. Concepto que para muchas personas es anacrónico. Y yo creo que hay que reflexionar sobre eso.” Otro aspecto que relevó Josefina, fue la oportunidad que le brindó, a cada una de las participantes en la construcción del libro, hacer un camino, derribar barreras, reconocernos y vernos en nuestras capacidades, vencer los miedos a la crítica y también al ridículo y poder tener el placer de compartir los frutos”.


En la ocasión, comentó el libro el Dr. Luis Weinsten, psiquiatra, poeta y soñador quien lee la revista desde sus inicios. “Cuándo leí Sabidurías Compartidas sentí la unidad con los primeros 59 números anteriores y me surgió asociado el deseo de compartir esta conspiración de sabidurías en son de imagen de conjunto”, señaló Luis; quien se refirió a la unidad de los 60 números con la metáfora del corazón. “Tocan el corazón y entran en el reino de los afectos con su solidaridad, con su sensibilidad, con su acercamiento al alma, al modo de la razón poética. Este libro es un gran pulmón inspirador”, expresó el psiquiatra poeta.

Las voces de dos de las autoras del libro, Coca Trivini y Ana María Devaud dialogaron encantando al público con textos de “Sabidurías Compartidas”. El canto y el vino de honor tampoco estuvieron ausentes en este lanzamiento que cierra una etapa y abre otra para la Revista y Colectivo Con-spirando.

Por Vanessa Naranjo Inostroza

Fortaleciendo nuestros vínculos Asamblea de la Región Metropolitana de la Red Chilena contra la Violencia Doméstica y Sexual


Alrededor de 40 mujeres de distintas organizaciones participaron en la Asamblea de la Región Metropolitana de la Red Chilena contra la Violencia Doméstica y Sexual, el viernes 9 de octubre en el Memch ubicado en la comuna de Independencia. El tema que las convocó fue la identificación de la violencia sexual y simbólica como parte del continuo de violencia contra las mujeres. Además se entregó información de la campaña ¡Cuidado! El Machismo Mata, versión 2009, que proyecta una marcha nocturna multitudinaria para el 25 de noviembre a las 20:30 horas desde Plaza Italia.

Mujeres rebeldes, apasionadas, lesbianas, hadas, mujeres de fortalezas y consecuentes, libres y luchadoras, feministas, migrantes, psicólogas y radialistas, hicieron el ejercicio de buscar palabras de “fuerza y de poder” para presentarse e iniciar desde un lugar distinto de la victimización, la jornada de capacitación y reflexión. “El lenguaje crea una realidad determinada. Y el lenguaje a veces nos atrapa a las mujeres. Entonces cuando estamos acostumbradas a usar el lenguaje de la lástima, de la pena, nos vamos también quedando en esos lugares y, uno como que se va acomodando a ese lugar, porque es un lugar conocido, que da seguridad”, señaló Patricia Olea, coordinadora de la Red Chilena, para referirse a la necesidad de ir buscando e inventando palabras que construyan otras realidades posibles para las mujeres.


En la capacitación de violencia sexual y simbólica, se explicó que este tipo de violencia es una de las más invisivilizadas, porque está profundamente naturalizada en la cultura. “Es difícil para nosotras identificar la violencia, ponerle nombre a esa violencia sexual. Se ha hecho normal, porque no es sutil que tu vayas por la calle y te digan una grosería”, indicó Patricia, quien además contó que en el 2008 se realizó un arduo trabajo para definir y crear los mensajes que denunciaran la violencia sexual en el marco de la campaña ¡Cuidado! El Machismo Mata.


La campaña ha sido transgresora y ha generado resistencias, en Huamachuco, por ejemplo, algunos hombres prendieron fuego a los afiches; “porque el machismo es un sistema cultural que subordina, entonces tú le estás moviendo el piso, a este sistema”, explica Patricia. Ana María Órdenes, de SOL, sobre el mismo punto, contó que en un seminario internacional, una mujer dijo que las campañas que están haciendo las mujeres contra el machismo están promoviendo los femicidios, “me pareció violento que nuevamente a nosotras nos estén culpando de que nos maten”.


En la ocasión, Patricia, también enfatizó la importancia de fortalecer los vínculos en la construcción de un poder colectivo, “si no nos vinculamos, vamos a salir cinco, seis mujeres a la calle. La vinculación, el colectivo, la red, es muy importante en estos casos para visibilizar nuestras problemáticas, para denunciar, para exigir, para cambiar. Por eso es importante que el 25 de noviembre estén todas las organizaciones presentes con sus carteles, dijo.


El encuentro finalizó con los agradecimientos de todas las participantes, por la reflexión y la acogida de sus aportes a una discusión integradora y empoderadora. “Salimos renovadas, además es gratificante estar en espacios donde vamos para el mismo lado”, concluyó Violeta Herrera, asistente al encuentro.


Por Vanessa Naranjo Inostroza