sábado, 26 de diciembre de 2009

Colectivo Mujeres Araucaria: “PARA NOSOTROS ERA MUY IMPORTANTE SENTIR QUE ÉRAMOS DE LA VICTORIA”

En 1991 un grupo de mujeres de La Victoria, algunas de ellas de la parroquia y otras del mundo social, decidieron formar el Colectivo Mujeres Araucaria. Se habían propuesto crear una organización de mujeres distinta a lo que existía en ese momento en el sector. En su primer año de vida las acompañó el CRP, que ahora es Conspirando o Capacitar, nos cuenta Verónica Aravena, presidenta del colectivo, quien junto a su madre, Eliana Olate, presidenta de la Red de Mujeres de Pedro Aguirre Cerda, son las únicas integrantes que permanecen desde los inicios del colectivo.


¿Por qué surge la necesidad de formar este grupo, a parte de las mujeres de la parroquia y que venían del mundo social?


V: Porque yo creo que en ese momento había necesidad de volver a mirarse así misma. Muchas de las mujeres que estábamos ahí habíamos hecho mucho por otros y por otras. Y de repente era necesario volver a mirarse así misma y ver que nos hacía falta como mujeres, más allá de la actividad que habíamos desarrollado antes. Era una necesidad de aprender para sí mismas, para estar mejor cada una. Y fue en esa área que nos fuimos formando.


Y cuando ya empiezan a desarrollarse en esa área, ¿cómo ven la política desde las mujeres?, ¿se preguntan por el hacer política desde las mujeres, cómo la van entendiendo?


E: Yo creo que primero que nada, comenzamos dándonos cuenta desde ese momento que no se visualizaba tanto la discriminación hacia la mujer. Sobre todo en la comunidad cristiana se empieza a ver esta discriminación hacia la mujer, se empieza a sentir. Y también algunas comenzamos a ir a talleres de teología feminista, comenzamos a abrir más los ojos, a darnos cuenta, de ciertas cosas. Y a ir comparando las situaciones que estábamos viviendo. Como decíamos siempre en ese tiempo a leer la Biblia con sospecha. Y de ahí fuimos haciendo un camino hacía el Colectivo Araucaria, porque dentro de la iglesia no lo podíamos hacer.


¿El nombre de Colectivo Araucaria lo eligen por alguna razón en especial?


V: Nos dimos hartas vueltas con el nombre. Estábamos entre el alero, el refugio, el amparo, un montón de nombres así. Hasta que una compañera de nosotras llegó con el poema de Pablo Neruda de oda a la araucaria y, lo leyó, y encontramos que sí tenía razón, en el sentido que la araucaria es un árbol lento en crecer. Es el principal alimento del pueblo mapuche, era nutricio, era perenne, en el sentido que era muy eterno y, le quisimos poner ese nombre. Además que tenía que ver mucho con las raíces. Para nosotros era muy importante sentir que éramos de La Victoria, tener una identidad super clara, que éramos mujeres pobladoras, que iniciábamos un proceso y que necesitábamos sentir siempre ese arraigo.


¿El colectivo ahora integra mujeres también de otros sectores?


V: Tenemos mujeres de San Joaquín, en este momento. De acá de Villa Sur, digamos de los dos costados de La Victoria. Está San Joaquín, La Victoria en el medio y está Villa Sur.


Si hiciéramos un balance o un recorrido por la historia del colectivo ¿cuáles serían sus principales momentos?


E: Cuando recién nacimos y creamos nuestro propio taller después de haber estado un año en formación. Se llamó “Abriendo Ventanas”. Y ese lo empezamos a dar en La Victoria, fue linda esa época de hacer desarrollo personal a las mujeres que también nosotras conocíamos, con las cuales igual habíamos estado en otras cosas. Fue una experiencia, para mí, bastante especial.


¿De qué se trataba el taller?


V: Trabajábamos el tema de identidad, el tema de autoestima, trabajamos la relación también madre e hijo, era un tema que las mujeres lo requerían y trabajamos la solidaridad de género. El objetivo de la Araucaria siempre fue una formación integral para las mujeres, que pudieran ser lideresas en el ambiente en el que ellas se desarrollaban. La idea era que se pudieran integrar a los ambientes haciendo algo.

Quizás otro hito de la Araucaria es cuando empezamos a integrar el trabajo corporal como actividad importante de los talleres, ya no solamente el desarrollo personal. Y lo fuimos integrando al trabajo con las mujeres pobladoras, cosa que no se hacía. Para las mujeres era super desconocido y era super necesario. Nos fuimos dando cuenta de eso. La relación que generamos entre nosotras cuando hacíamos trabajo corporal -en los encuentros que hacíamos- para muchas mujeres era inolvidable.


Verónica, tú mencionaste la solidaridad de género ¿cómo la entienden ustedes?


V: Yo creo que eso es super difícil abordarlo como tema. Cuando nosotras lo trabajamos siempre tratamos de que se tratara de la cooperación entre nosotras. De cómo podíamos ayudarnos unas a otras, como mujeres. Yo creo que ese era el hincapié que le poníamos al taller. Ahora en la experiencia, con los años, a veces está la cooperación, pero también está el entender a la otra. El entender las decisiones que va tomando en la vida, el apoyar ese tipo de decisiones. Yo creo que ha ido variando, por lo menos para mí la definición de solidaridad.


¿Cuáles son sus proyecciones?


V: Por ahora estamos abordando oportunidades. Ponte tú, se nos presentó una oportunidad para el aniversario de la muerte del padre André Jarlán y, cómo Araucaria hicimos una actividad y, la llevamos adelante y estuvimos todas trabajando juntas. Y fue bueno, pero ya nos cansamos y estamos en proceso de receso, porque hay gente nueva, no todas tienen el mismo ritmo. A lo mejor tiene que ir cambiando el sentido de organización de mujeres, porque nosotras tenemos mujeres que trabajan. Y cuando una mujer trabaja en un horario fuera de la casa, es distinta la participación. Eso nos está pasando, antes no, de alguna manera todas estábamos en la casa. Y eso nos permitía ser más flexible por los horarios. Entonces nos cuesta mucho más organizarnos, las energías son menos a veces. Y yo les decía que a lo mejor estamos en proceso de cambio, algo está pasando.


Igual es una organización que se ha mantenido en el tiempo.


E: Se ha mantenido yo creo porque hemos habido algunas que hemos sido perseverantes. Gracias a eso se ha mantenido. Porque de repente, uno llegara y dijera, “ya, no voy más el día viernes a reunión porque las chiquillas no llegan”. Y yo he estado tentada varias veces, pero al final igual vamos por si llega alguna.


EL MOVIMIENTO DE MUJERES COMO REFERENTE PARA SUS ACCIONES


¿Ustedes cómo se ven así mismas dentro del concierto de las otras organizaciones de mujeres, se sienten parte del movimiento de mujeres y feminista?


E: Sí de todas maneras. Más parte del movimiento de mujeres que feminista, por lo menos a mí me pasa, me siento más parte del movimiento de mujeres por la lucha que se ha dado en las conquistas de los derechos de las mujeres. Por ese lado yo siempre me he sentido más identificada con el movimiento de mujeres.

V: Y de hecho para nosotras, un apoyo ha sido el movimiento de mujeres, porque muchas veces era el único referente que teníamos. Dentro de la comuna no había otro grupo que tuviera las características que nosotras teníamos. El único referente que nosotras teníamos era el movimiento de mujeres para juntarnos con otras mujeres de otros lados, que sí estaban haciendo algo parecido a lo que estábamos haciendo nosotras. Porque aquí en la comuna no lo encontrábamos. De hecho, hasta el año 2001, cuando formamos la Red de Mujeres, la idea era formar una red de mujeres con organizaciones donde pudiéramos tener ese referente, dónde pudiéramos compartir eso.


¿Cuéntame de la Red de Mujeres de Pedro Aguirre Cerda?


V: Nosotras como Colectivo Araucaria, iniciamos un proceso en el año 99, más o menos, de hacer encuentros comunales. Porque la idea era, decíamos cómo no va a haber otras mujeres con las mismas inquietudes que nosotras dentro de la comuna. Empezamos a tomar temas que estaban dentro de la agenda de género y los trabajábamos como encuentros comunales. Y buscábamos alianza. Primero hicimos alianza con la Unión Comunal de Centros de Madres, ahí casamos a algunas mujeres. Y en el año 2001 pasamos un proyecto de la sociedad civil y la idea era formar una red de mujeres. Trabajamos harto porque tuvimos que hacer un catastro de todas las organizaciones de mujeres que había en la comuna.


¿Han encontrado otras organizaciones como ustedes en la Red?


E: No, nos ha costado mucho. Han surgido tantas dificultades porque no todas van para el mismo lado. Las mujeres que no son de la Araucaria, son diferentes. No es el mismo ideal, no son los mismos sueños. Leyendo una sistematización del proyecto, me daba cuenta que las que están en la directiva ahora, querían talleres de peluquería, de manualidades. A mi me dolió mucho porque yo me di cuenta que cometimos hartos errores también. Quisimos acelerar un proceso que no se ha dado.


Ustedes han tratado de poner el tema de género en la comuna


E: Lo hemos puesto. Aunque algunas que están metidas dentro de lo político, ahora lo tomaron como bandera de lucha y se han adueñado del trabajo que nosotras hemos hecho.


¿Mujeres de la Red o de otros sectores?


E: Mujeres de la Red, una de ella que era concejala.


¿La Claudina Nuñez?


E: No, la Claudina no, la Claudina nos reconoce a nosotras como Araucaria que hemos puesto el tema de género. Nosotras empezamos a hablar de las problemáticas de las mujeres. Y eso, de alguna manera, cuando se instala aquí lo que se llamó comuna segura en la municipalidad, nosotros hicimos un proyecto con el tema de violencia intrafamiliar, así había que ponerle. Pero nosotros logramos hacer que el secretario técnico asumiera que era violencia contra la mujer, que no solo era violencia intrafamiliar. Y así logramos hacer varias actividades, llenar de murales, salir de la población.


Por Vanessa Naranjo Inostroza