miércoles, 28 de abril de 2010

En-transitando


Judith tenía razón, el trance siguió y pasaron cosas. Justo ayer, además, fue luna llena, así aparecía en la agenda mujer que hace la Sole Rojas. La Maya no le achuntó, pensó que faltaban unos días para luna llena. Anoche miré la luna y estaba justo en el cenit, la miré bien y me pareció que le faltaba un poco para la redondez del círculo completo.

De todas maneras saqué del cofrecito de madera redondo que me regaló la Debbie, y donde guardo algunos de mis tesoros, el prendedor que me regaló mi abuelita Lucy que encontró en la calle cuando iba con mi papá guagua al consultorio. El prendedor es de cobre con una piedra rectangular lila al centro, y otras muy pequeñitas como perlas cultivadas, en la parte inferior; y otra más pequeñita aún, en la parte superior de color verde agua.

Así pasé el trance de anoche, desvelada por la energía de la noche y los efectos posteriores de la postura de Carchi. Postura de una Diosa ecuatoriana que entre otras cosas facilita la metamorfosis, y también juega con las luces y sombras.

Creo que dormí tres horas. En el desayuno preparé mi leche con café al revés, primero le eché la leche en polvo, cuando ya se la había echado me di cuenta que primero me había faltado el agua caliente, que es como habitualmente lo hago. Pero me dije, ya qué más da, así que terminé echándole el café y el azúcar, y después le eché el agua caliente. ¿Resultado? Mientras revolví, todo se disolvió como por arte de magia, no me quedaron grumos como los que me quedaban con el orden habitual, el que seguía porque de esa forma, se suponía no quedaban grumos, o muy pocos.

Los errores a veces son fantásticos nos llevan a descubrimientos que nos cambian la vida. Ahora puedo tomar leche con café sin grumos y no tengo que estar con la cuchara sacándole el conchito cuando termino de tomar el brebaje. Aunque también tiene su gracia comerse el raspadito.

También se me anduvo quemando la tortilla de acelga, espero estar más atenta a esta nueva que estoy haciendo, ahora que ya está oliendo muy bien.

Solo quería agregar que este trance, que coincide con la luna llena, también coincide con mi regla que ya se anuncia.

Se viene un nuevo ciclo, si es que ya no estoy en él.