jueves, 27 de septiembre de 2012

Mi Fiura y mi Larry


Hace ya un tiempo soñé con la Fiura, no se había muerto o algo pasaba que volvió a la vida.  La veía transitar como de costumbre entre la cocina y el comedor, pero esta vez me detenía a observarla con un ánimo distinto, tiene que haber sido que mi consciente se convenció que estaba viva, de hecho la veía pasar por entremedio de las patas metálicas negras de las sillas del comedor, fue muy real ver su cuerpo, su pelaje medio apelmazado que se separaba por su aceite natural, o sea, el sueño pareció igual que la vida con la Fiura, pero en algo distinto, no sé si fue algo así como experimentar una segunda oportunidad de estar con ella en vida, o, vivir yo con ella en otra vida.   Estaba igual de flacuchenta que siempre, con su tos que le salía del estómago para eliminar sus vómitos, la escuchaba y pensaba que seguía teniendo la misma resistencia, que era la misma Fiura de siempre y que sus achaques no la perturbaban más allá de lo habitual y que por lo tanto, no estaba en peligro de muerte. 

Se siente el vacío en la casa, fueron 13 años viviendo con ella, era una integrante importante, tenía su lugar destacado, siempre se hizo notar con su carácter, su autonomía, su insistencia en conseguir lo que quería y el hacerse la inocente cuando se implicaba en actos reprensibles, o la tonta, como decía mi mamá.  Se fue la Fiurita, la echo de menos, lloré su muerte, mi corazón se puso blando, a diferencia de los otros gatitos que se han ido, con la fiura lloré y sentí como me dolía el corazón.  Alcancé a despedirla, llegué a la casa cuando todavía estaba tibia, suave y blanda, la tomé, la abracé y la besé, todavía siento su calor y su piel.  La dejé en el sillón para que nos acompañara como siempre, y nosotras a ella, como cualquier día. La arrebocé mientras pasábamos la tarde antes de enterrarla en nuestro patio junto al Larry, nuestro cachorro que había muerto recientemente también de una enfermedad urinaria que no tuvo remedio.  Se fueron dos de nuestra familia, dos personitas muy amadas por nosotras, nuestros animales queridos, que en paz descansan y nos acompañan.