sábado, 14 de junio de 2014

8 de marzo de 2012


Mis razones de por qué me opongo a la lectura del saludo de Michelle Bachelet en el acto del 8 de Marzo:

-Porque Michelle Bachelet no es cualquier persona, o pertenece a una organización cualquiera, que se pueda equiparar con las demás organizaciones de mujeres participantes.  No hay igualdad entre ONU mujeres y las otras organizaciones de este 8 de marzo que firmaron la convocatoria, por ejemplo.

-Porque los saludos públicos en espacios multitudinarios como este acto son políticos por antonomasia.

Estos espacios son de nosotras la sociedad civil de mujeres, no de los/las poderosos/ poderosas de la institucionalidad política que nos excluye y oprime con discursos y prácticas amparadas en una legitimidad falsa.

Estos son espacios de participación, de celebración y de conmemoración de nosotras las mujeres y las mujeres feministas, y como tal Michelle Bachelet es una mujer más como lo entiendo y vivo yo.

-Me hubiera gustado ver su nombre y organización firmando la Declaración de este 8 de Marzo, esa es una manera correcta de situarse o situarla.

-Por lo demás Michelle como muchos otros/otras tiene a los medios de comunicación de su lado, es noticia, es discurso público, etc., lo mismo que Laura Albornoz; no le prestaría “mi micrófono” para contribuir a la amplificación de su voz política.

Este es un espacio político nuestro.  Nos toca a nosotras las que estamos en otros espacios, invisibles y/o invisibilizados, fuera de los circuitos y de las cámaras oficiales, que nos tienen bien saturados y saturadas por lo demás.

-Ahora, a las compañeras que les parece tan obvio insertar un saludo de M. Bachelet en un acto de las mujeres organizadas y organizándose, un punto de vista distinto, no creo que les haga mal, por el contrario quizás las ayude en sus propias luchas.

Este es mi pensamiento y sentimiento.


                                                                                                                                Vanessa Naranjo I.




Leído en una de las instancias de la Coordinadora 8 de marzo 2012.  Santiago.


Al lado poniente de la cordillera de Los Andes


En la Dictadura aprendimos a vivir con peso encima, quienes no sabíamos nada antes…
(pensado mientras escucho “El Emperador”, de Sol y Lluvia).

Nací en 1974…
(lo vengo reflexionando con más ahínco después de ver la obra de teatro “El año en que nací”)

¡Y va a caer! ¡y va a caer! …

Las niñas fuimos y son pieza clave para el mantenimiento de la estructura patriarcal; las niñas sostuvimos y sostienen el peso de las vergüenzas del sistema patriarcal.

¿Dónde denuncio?

Las niñas (pienso en mi niña sobrina y su hermanito) y mujeres hoy (pienso en mí y en mi relación con los hombres, jóvenes y niños), a pesar del peso que cargamos apoyamos el desarrollo de niños y hombres libres e informados.

Lapsus reflexivos en el aislamiento social y geográfico que se vive al lado poniente de la cordillera de Los Andes.




jueves, 12 de junio de 2014

Reconstruyendo mi linaje mapuche


La importancia se encuentra en el rescate, valoración y relieve del origen y procedencia mapuche de la matrilinealidad que pervive en la descendencia de mi abuela, y que como consecuencia de los procesos históricos, sociales, culturales y políticos de la colonización y asimilación forzada, como lo explica y describe la Comisión de Verdad Histórica y Nuevo trato con los Pueblos Indígenas (Gobierno de Chile,2004), las personas mapuche, además de los procesos de desarraigo territorial y cultural, fueron sometidas y finalmente autosometidas al abandono de su pertenencia cultural identitaria. Es importante señalar que este proceso asimilacionista tuvo diferentes expresiones, entre ellas el enmascaramiento u ocultamiento del origen mapuche, hasta expresiones más políticas y reivindicativas que en la actualidad también se expresan en diversas organizaciones políticas, sociales y culturales, dada también la propia diversidad cultural y territorial de la sociedad mapuche pasada y actual. La presente investigación se inscribe en la continuidad histórica de este proceso en el cual la creación de la ley indígena N°19.253 viene a reconocer e intentar reparar el daño moral, material y simbólico ocasionado a los/as habitantes ancestrales de este territorio que posteriormente pasó a ser parte de la República de Chile. En este marco, en el de la continuidad histórica y los procesos de reconocimiento y rescate de las culturas indígenas, la reconstrucción del pasado, de situaciones y hechos recogiendo la memoria de personas y grupos concretos que narren sus propias experiencias vividas, es de suma relevancia en tanto son y han sido protagonistas de sus sociedades y tiempos, hacedores/as de la historia que nos/me trae al presente y que se encarna en nuestra identidad mapuche no explícita. Cuando hablo de nuestra identidad mapuche no explícita, estoy refiriéndome a la descendencia de mi abuela(hijos/as, nietos/as y bisnietos/as) dentro de la cual me ubico. La búsqueda y la necesidad de la recuperación de mis raíces mapuche es un proceso que comenzó hace 20 años y que ahora quiero concretar con esta investigación genealógica que pondrá en palabras el acervo cultural y social de una mujer mapuche que vive y vivió en contextos específicos y determinados de tiempo y lugar, y que como toda persona mapuche tiene un küpalme, es decir, una línea de parentesco que contiene un significado cultural-simbólico que en algún punto de la genealogía se dejó de transmitir a las nuevas generaciones como la de mi abuela, por eso la importancia de indagar desde sus recuerdos vividos y las memorias familiares y sociales trasmitidas oralmente por su entorno familiar y social. Otro aspecto relevante de la identidad mapuche es el tuwün un concepto que indica el lugar de procedencia territorial, y que se vincula fuertemente con el küpalme, dándose cuerpo mutuamente en la determinación de la identidad individual y grupal mapuche. El tuwün se expresa en los apellidos, por ejemplo, el primer apellido de mi abuela es Igaiman, la partícula "man" viene de manque, que significa cóndor, es decir, es gente que viene del lugar donde hay cóndores. De acuerdo a todo lo anteriormente planteado, la pregunta por la contribución de este proyecto al "sector", está implícitamente respondida, sin embargo para clarificar y precisar el aporte de este proyecto al desarrollo de las culturas originarias, diremos que este aporte consiste en impulsar el reconocimiento y valoración de la condición mapuche en la descendencia de mi abuela en general, y en particular, afirmar y reforzar mi autoidentificación mapuche a través del rescate y conocimiento genealógico de mi procedencia indígena. Como un aporte que se desglosa de aquí, está la contribución a los procesos históricos, políticos, sociales y culturales de reconocimiento a las culturas originarias en la comprensión que existe respecto a que la diversidad cultural es patrimonio de toda la humanidad, y se debe cuidar, fortalecer y proyectar.

El principal resultado es alcanzar una reconstrucción histórica de mi parentesco  mapuche matrilineal basada en una investigación biográfica a la persona de mi abuela quien actualmente tiene 88 años de edad. De esta investigación se espera obtener un dibujo de la genealogía mapuche que me precede, sus características sociales, culturales, simbólicas, conocer a las personas y sus interrelaciones, las situaciones e historias que están en el pasado; los lugares significativos donde se desenvolvieron, asentamientos, cementerios, lugares sagrados y sus usos, es decir, toda información cualitativa relevante que aporte forma y cuerpo a la reconstrucción del küpalme y tuwün de mi ascendencia Igaiman-Quilaleo, a partir de indagar con énfasis en las primeras memorias de Amelia periodo de vida en ruca, hasta 1974, año en que muere Rosa Maso Quilaleo Mulato, mi bisabuela. El resultado anterior se vincula directamente con visibilizar, en términos de poner en palabras, hechos, relaciones, lugares, usos y costumbres a través de una narración escrita que cuente la historia de mi ancestralidad mapuche. Este desocultamiento, como segundo resultado importante, se traduce en revelar y relevar los contenidos y características de la cultura mapuche familiar que me antecedió, mirando al mismo tiempo el proceso subyacente de asimilación y enmascaramiento de la identidad mapuche individual y familiar, un aspecto importante de revelar y relevar, también, como parte de un proceso global que tuvo una expresión particular en mi ascendencia, y consecuencias también particulares en lo que somos hoy como descendientes, y aún de forma más particular, en mi propia identidad mapuche que en términos personales, ha significado un derrotero de búsquedas, hallazgos y tensiones, en un contexto familiar, que si bien valora a sus antepasados/as como personas importantes en sus vidas, no reconoce (social y públicamente) la pertenencia cultural mapuche de sus antepasados/as, menos aún su herencia y permanencia en el presente. Y si se realiza ese reconocimiento es muy solapado, y en una perspectiva muy intimista de cosas "de antes", de "pobreza", "del campo", en un tono de negación hacia la condición mapuche de la abuela y bisabuelo/a, o en un tono de orgullo por la abundancia económica alcanzada, pero todavía sin el reconocimiento a la pertenencia cultural, evidenciándose una violenta ruptura con el origen, con nuestro origen mapuche. En términos culturales mapuche, evidenciándose una ruptura con el Küpalme y el Tuwün, evidenciándose la asimilación a valoraciones de una cultura modernizadora basada, entre otras cosas, en el blanqueamiento social como signo de progreso e integración, que para mucha gente mapuche significó abandonar o enmascarar su identidad indígena para no sufrir discriminación, y poder de esta manera, ser parte como chilenos/as de la sociedad mayor cuya principal característica es homogeneizar negando las diferencias, en este caso cultural, social y política de la sociedad mapuche. Entonces, estos dos resultados, la reconstrucción de mi linaje mapuche desocultándolo mediante una investigación biográfica y luego una narración escrita de ella, tiene como primer resultado inmaterial, la afirmación de mi identidad mapuche; y como segundo resultado inmaterial, contribuir al reconocimiento familiar de nuestro origen; y consecutivamente, el resultado inmaterial de presentarnos/me en sociedad, sea esta mapuche, chilena, intercultural, o cualesquiera, como un gesto de desenmascaramiento y afirmación identitaria desde adentro, desde lo familiar-individual, hacia lo más público y societal.

Texto de la fundamentación y resultados esperados en la postulación a los Fondos de Cultura, Fondart Regional 2013.  En lista de espera, que no corrió.

jueves, 5 de junio de 2014



Bueno, ya entrando en Wetripantu; para quienes no saben que es Wetripantu, es el Año Nuevo Mapuche; me resta por comunicar que ya llevo más de un año de vuelta a mi vida nómade, después de casi una década de sedentarismo en Santiago de Chile, que me siento feliz con mis cajas de cartón, y mi cama en el suelo y mis maletas de closet, y por supuesto con todo lo hecho y dicho, pensado y deseado en el Valle de Colchagua, olvidaba las peleas de cada día, los golpes de todos/as y por todos lados que me siguieron entrenando pos magíster jajaja; pues no paro, hasta llegar a mi Camaguey. También declaro que en mis 39 años de vida jamás he estado ni ahí con ningún gobierno chileno, que como mapuche asumida después de un largo o corto, o mediano camino doloroso, glorioso y vericuético desde 1992 a la fecha, no estaré ni ahí con ningún gobierno chileno de esta democracia "representativa" así sea asuma la presidencia un mapuche, tipo Barack Obama; porque como feminista impugno la concepción de poder que la crea y recrea. Que me uno a la declaración pública que recientemente hicieron las mujeres violadas y torturadas sexualmente por los agentes de la Dictadura Militar, al señalar sabia y valientemente que Michel Bachelet es un botín de guerra, al igual que todas nosotras las mujeres.

También declaro que me uno a la fuerza de los ríos, los volcanes, los cerros, lugares sagrados, temblores y terremotos, a la lluvia, a la fuerza del aire puro, a la fuerza del sol, a la fuerza de los espiritus que están en cada ser, a la fuerza del puma, de los monitos del monte, de los zorros, del bosque nativo que queda y del que está por nacer, a la fuerza de las piedras, a esta nueva energía en mi vida que es la Virgen de Monserrat y a las fuerzas desconocidas del bien.


Publicado en Facebook el 1 de junio de 2014