martes, 18 de marzo de 2014

Antü y Küyen

                                                                                                                            15 de marzo de 2014

El Sol de esta salida de Santa Cruz, me acabo de dar cuenta, hace unos momentos mientras llegaba a Santa Cruz y con la luna llena a mis espaldas, me di cuenta que este maravilloso Sol cuidó mi espalda en una huida exploradora de Santa Cruz por el tramo Pichilemu San Fernando; cuando entraba, después de haber cicleado por el Valle de Apalta, hasta el Restaurant El Cóndor y saludado a un hermoso Boldo de esta Picunmapu; y también haber visto a una Vaca como enseñaba a su ternero sobre desamamantamiento, y en el Río Tinguiririca a un caballo blanco metido en el río hasta las patas comiendo ramas o haciendo algo con su cabeza metida en las ramas de la vegetación, y también con tristeza ver botellas plásticas en las aguas de este Río maravilloso; cuando entraba, entonces vi la luna a mis espaldas, una sobresaliente luna que me respaldaba silenciosamente sin ser observada, entonces cuando la vi por la espalda con toda su superficie y energía, me di cuenta que el Sol  me cuidaba de ida, y, la luna, de regreso. 


Y ahora aquí estoy, en mi tañi pichi ruca mew de estas latitudes, tomando mi agüita de Boldo, con pedacitos de una rica tortilla de rescoldo que encontré camino a San Francisco de Huique, escuchando Gracias a la Vida de Violeta Parra con mi amor platónico también a mis espaldas, en el principal punto de nuestros encuentros: la lavadora de ropa.