15 de marzo de 2014
El Sol de esta salida de Santa
Cruz, me acabo de dar cuenta, hace unos momentos mientras llegaba a Santa Cruz
y con la luna llena a mis espaldas, me di cuenta que este maravilloso Sol cuidó
mi espalda en una huida exploradora de Santa Cruz por el tramo Pichilemu San
Fernando; cuando entraba, después de haber cicleado por el Valle de Apalta,
hasta el Restaurant El Cóndor y saludado a un hermoso Boldo de esta Picunmapu;
y también haber visto a una Vaca como enseñaba a su ternero sobre
desamamantamiento, y en el Río Tinguiririca a un caballo blanco metido en el
río hasta las patas comiendo ramas o haciendo algo con su cabeza metida en las
ramas de la vegetación, y también con tristeza ver botellas plásticas en las
aguas de este Río maravilloso; cuando entraba, entonces vi la luna a mis espaldas,
una sobresaliente luna que me respaldaba silenciosamente sin ser observada,
entonces cuando la vi por la espalda con toda su superficie y energía, me di
cuenta que el Sol me cuidaba de ida, y,
la luna, de regreso.
Y ahora aquí estoy, en mi tañi pichi
ruca mew de estas latitudes, tomando mi agüita de Boldo, con pedacitos de una
rica tortilla de rescoldo que encontré camino a San Francisco de Huique,
escuchando Gracias a la Vida de Violeta Parra con mi amor platónico también a
mis espaldas, en el principal punto de nuestros encuentros: la lavadora de
ropa.