Bueno, ya
entrando en Wetripantu; para quienes no saben que es Wetripantu, es el Año
Nuevo Mapuche; me resta por comunicar que ya llevo más de un año de vuelta a mi
vida nómade, después de casi una década de sedentarismo en Santiago de Chile,
que me siento feliz con mis cajas de cartón, y mi cama en el suelo y mis
maletas de closet, y por supuesto con todo lo hecho y dicho, pensado y deseado
en el Valle de Colchagua, olvidaba las
peleas de cada día, los golpes de todos/as y por todos lados que me siguieron
entrenando pos magíster jajaja; pues no paro, hasta llegar a mi Camaguey.
También declaro que en mis 39 años de vida jamás he estado ni ahí con ningún
gobierno chileno, que como mapuche asumida después de un largo o corto, o
mediano camino doloroso, glorioso y vericuético desde 1992 a la fecha, no
estaré ni ahí con ningún gobierno chileno de esta democracia
"representativa" así sea asuma la presidencia un mapuche, tipo Barack
Obama; porque como feminista impugno la concepción de poder que la crea y
recrea. Que me uno a la declaración pública que recientemente hicieron las
mujeres violadas y torturadas sexualmente por los agentes de la Dictadura
Militar, al señalar sabia y valientemente que Michel Bachelet es un botín de
guerra, al igual que todas nosotras las mujeres.
También
declaro que me uno a la fuerza de los ríos, los volcanes, los cerros, lugares
sagrados, temblores y terremotos, a la lluvia, a la fuerza del aire puro, a la
fuerza del sol, a la fuerza de los espiritus que están en cada ser, a la fuerza
del puma, de los monitos del monte, de los zorros, del bosque nativo que queda
y del que está por nacer, a la fuerza de las piedras, a esta nueva energía en
mi vida que es la Virgen de Monserrat y a las fuerzas desconocidas del bien.
Publicado
en Facebook el 1 de junio de 2014