jueves, 5 de junio de 2014



Bueno, ya entrando en Wetripantu; para quienes no saben que es Wetripantu, es el Año Nuevo Mapuche; me resta por comunicar que ya llevo más de un año de vuelta a mi vida nómade, después de casi una década de sedentarismo en Santiago de Chile, que me siento feliz con mis cajas de cartón, y mi cama en el suelo y mis maletas de closet, y por supuesto con todo lo hecho y dicho, pensado y deseado en el Valle de Colchagua, olvidaba las peleas de cada día, los golpes de todos/as y por todos lados que me siguieron entrenando pos magíster jajaja; pues no paro, hasta llegar a mi Camaguey. También declaro que en mis 39 años de vida jamás he estado ni ahí con ningún gobierno chileno, que como mapuche asumida después de un largo o corto, o mediano camino doloroso, glorioso y vericuético desde 1992 a la fecha, no estaré ni ahí con ningún gobierno chileno de esta democracia "representativa" así sea asuma la presidencia un mapuche, tipo Barack Obama; porque como feminista impugno la concepción de poder que la crea y recrea. Que me uno a la declaración pública que recientemente hicieron las mujeres violadas y torturadas sexualmente por los agentes de la Dictadura Militar, al señalar sabia y valientemente que Michel Bachelet es un botín de guerra, al igual que todas nosotras las mujeres.

También declaro que me uno a la fuerza de los ríos, los volcanes, los cerros, lugares sagrados, temblores y terremotos, a la lluvia, a la fuerza del aire puro, a la fuerza del sol, a la fuerza de los espiritus que están en cada ser, a la fuerza del puma, de los monitos del monte, de los zorros, del bosque nativo que queda y del que está por nacer, a la fuerza de las piedras, a esta nueva energía en mi vida que es la Virgen de Monserrat y a las fuerzas desconocidas del bien.


Publicado en Facebook el 1 de junio de 2014