sábado, 3 de septiembre de 2011

Calentando los motores para recibir mis treinta y siete

Soy feliz muy feliz, a rabiar. Mi felicidad se ha hecho con todo; con todos mis pick, con todas mis pasiones, frustraciones, amores y dolores; con todos mis encantos y los de los/las demás; y por sobre todo con toda la experiencia de mi piel, con sus ya casi 37 años de vida extrauterina; con sus 37 veranos y primaveras, inviernos y otoños.


Soy feliz porque atesoro a mis padres en mi memoria anterior al nacimiento de mis hermanas. Soy feliz porque tengo una familia que en su cojera se levanta, que en su ceguera ve y que en su mudez habla.


Soy feliz porque sigo siendo de izquierda igual o más que antes, la historia no es lineal, me equivoqué cuando creí que estaba en un estadio más avanzado o “post” como se usa en el habla occidental. Tengo mis convicciones intactas; haber pasado por el “no lugar”, alejarme en 360 grados de partidos y formas políticas institucionalizadas y dogmáticas, y luego volver al presente de este contexto nacional de derecha, me resitúa y replanta en la historia de las luchas por cambiar la explotación, la injusticia, la estupidez y esta democracia que hace las veces de “tonto útil” servil al capital, en realidad “tonto pillo”.

Mas ahora soy feminista en búsqueda de la sabiduría de mi pueblo, de la belleza y los equilibrios, de la sensatez y la locura placentera.




Por Vanessa Naranjo Inostroza