domingo, 23 de marzo de 2014

Saludando el Otoño

                                                                                                                              21 de marzo de 2014

Hoy siento y veo bien distinto a otros días aquí en el Valle de Colchagua,  Santa Cruz Palmilla.  Realmente si nos ponemos atención, no claudicamos, reflexionamos con nuestro cuerpo y el paisaje humano y no humano podemos notar, ver y sentir las diferencias; y los cambios de estación como hoy.  El viento tocó mi puerta y entró suavemente por mi ventana; los verdes amarillando de sauces y álamos vaporosos fluyen como cursos de agua movidos por la corriente aérea que sopla sus cabelleras largas y melenudas reubicándose en el espacio donde habitan sus cuerpos enraizados.  Feliz Otoño; esperaba decirle a mi amor platónico, todavía puedo decírselo, tengo todo el otoño para hacerlo.


Estaba media triste por el fin del verano, más ahora estoy  feliz porque ha llegado el otoño, este tibio y suave comienzo de otoño.  También río por mis formas verbales de escribir, jugando con elementos que van apareciendo en esta “computadora”, y que tengo hoy la capacidad de crear con ellos.  Ahora creo saber de lo que habla mi abuela Amelia cuando dice que todo está “aquí, en la computadora”; en la cabeza, que hoy traduzco como la memoria.  Creo saberlo por la inmensa cantidad de imágenes, escenas, situaciones y palabras, dichos; que se me vienen a la cabeza; cuestiones ya olvidadas que vienen al presente llenas de sentido, palabras calcadas de realidades; como las que salieron de mi boca cuando escuché al personero x defender la reforma tributaria ante el presidente de la Sofofa…   “la misma caca…”,  deriva de la “misma mierda…”.