domingo, 23 de marzo de 2014

Saludando el Otoño

                                                                                                                              21 de marzo de 2014

Hoy siento y veo bien distinto a otros días aquí en el Valle de Colchagua,  Santa Cruz Palmilla.  Realmente si nos ponemos atención, no claudicamos, reflexionamos con nuestro cuerpo y el paisaje humano y no humano podemos notar, ver y sentir las diferencias; y los cambios de estación como hoy.  El viento tocó mi puerta y entró suavemente por mi ventana; los verdes amarillando de sauces y álamos vaporosos fluyen como cursos de agua movidos por la corriente aérea que sopla sus cabelleras largas y melenudas reubicándose en el espacio donde habitan sus cuerpos enraizados.  Feliz Otoño; esperaba decirle a mi amor platónico, todavía puedo decírselo, tengo todo el otoño para hacerlo.


Estaba media triste por el fin del verano, más ahora estoy  feliz porque ha llegado el otoño, este tibio y suave comienzo de otoño.  También río por mis formas verbales de escribir, jugando con elementos que van apareciendo en esta “computadora”, y que tengo hoy la capacidad de crear con ellos.  Ahora creo saber de lo que habla mi abuela Amelia cuando dice que todo está “aquí, en la computadora”; en la cabeza, que hoy traduzco como la memoria.  Creo saberlo por la inmensa cantidad de imágenes, escenas, situaciones y palabras, dichos; que se me vienen a la cabeza; cuestiones ya olvidadas que vienen al presente llenas de sentido, palabras calcadas de realidades; como las que salieron de mi boca cuando escuché al personero x defender la reforma tributaria ante el presidente de la Sofofa…   “la misma caca…”,  deriva de la “misma mierda…”. 




martes, 18 de marzo de 2014

Antü y Küyen

                                                                                                                            15 de marzo de 2014

El Sol de esta salida de Santa Cruz, me acabo de dar cuenta, hace unos momentos mientras llegaba a Santa Cruz y con la luna llena a mis espaldas, me di cuenta que este maravilloso Sol cuidó mi espalda en una huida exploradora de Santa Cruz por el tramo Pichilemu San Fernando; cuando entraba, después de haber cicleado por el Valle de Apalta, hasta el Restaurant El Cóndor y saludado a un hermoso Boldo de esta Picunmapu; y también haber visto a una Vaca como enseñaba a su ternero sobre desamamantamiento, y en el Río Tinguiririca a un caballo blanco metido en el río hasta las patas comiendo ramas o haciendo algo con su cabeza metida en las ramas de la vegetación, y también con tristeza ver botellas plásticas en las aguas de este Río maravilloso; cuando entraba, entonces vi la luna a mis espaldas, una sobresaliente luna que me respaldaba silenciosamente sin ser observada, entonces cuando la vi por la espalda con toda su superficie y energía, me di cuenta que el Sol  me cuidaba de ida, y, la luna, de regreso. 


Y ahora aquí estoy, en mi tañi pichi ruca mew de estas latitudes, tomando mi agüita de Boldo, con pedacitos de una rica tortilla de rescoldo que encontré camino a San Francisco de Huique, escuchando Gracias a la Vida de Violeta Parra con mi amor platónico también a mis espaldas, en el principal punto de nuestros encuentros: la lavadora de ropa.




sábado, 1 de marzo de 2014

En Tañi Picunmapu



Me encontré este Alelí hoy 24 de febrero de 2014 caminando por calle Los Alerces en el Pueblo de Lolol cuando recordaba que mi papá decía, me decía, que por mi abuelita no mataba a mi mamá (esto fue en el tiempo de la separación, cuando acompañé a mi papá en mi casa en la Antupillán en plena crisis de violencia en mi familia, a causa del comportamiento controlador, misógino y autoritario de mi padre).  Escribo esto porque busco sanarme de tanta violencia.

Hoy tuve un interrogatorio por parte de mi padre: si tengo amigos, amigas, si estoy saliendo con alguien, parece que me pregunto si estaba durmiendo con alguien, que me cuidara que los amigos dan la puñalada por la espalda, que tengo que saber elegir mis amistades que no vaya a ser amiga de cogoteros… etc.  Ya todo me resbalaba un poco más que antes, bastante más. 

Aquí en Lolol ahora vuelvo a respirar más tranquila en este valle que me acaricia con su viento.