sábado, 19 de marzo de 2022

La tesis final

Hola Debbie, cómo estás, espero que muy bien, yo estoy bien, con cambios dentro de mí, estoy madurando y tomando decisiones importantes para mi futuro y seguridad personal y familiar.  No he dejado de pensar en ti y en mi tesis, he estado recolectando libros para el marco teórico, la última vez que tuvimos comunicación nos quedamos en la pregunta de investigación, estoy un poco estancada ahí.  Pero he avanzado en otras cosas en relación a mi cercanía con el femicidio, vivir en Santiago ha sido un proceso interesante, un poco costoso al principio, pero ya más pisando terreno firme, pasan muchas cosas en la capital algunas son familiares y otras extrañas, pero ya más habituada.  He construido algunas relaciones que me han sacado un poco de mi estado de aislamiento, un día descubrí que los heterosexuales también tenemos un closet donde nos metemos. 

Hay tantas cosas que me gustaría contarte, de mi proceso.  Siento que eres mi amiga y que estás un poco lejos, no olvido todo lo que aprendí contigo, fue fundamental trabajar y compartir tantas cosas. Vivir con mi madre y mi hermanita menor ha sido una experiencia engrandecedora para sacar los miedos afuera, nos acompañamos y nos protegemos. Además, creo que eres la primera feminista que conocí, en mis reflexiones personales puedo darme cuenta que ahora me defino como feminista, y soy feminista, por haberte conocido y haber participado en el colectivo Ensurando, que entre paréntesis me hace sentir muy orgullosa de mi historia como feminista. A veces tengo noticias de la Red de Mujeres de Valdivia, pero muy pocas; las he visto en la página de la Red Contra la Violencia Doméstica y Sexual, también me enteré de las mujeres en huelga de hambre en Valdivia. 

Estoy extendiéndome un poco, bueno, en lo práctico te cuento que estoy juntando plata para sacar el material del archivo de TVN, también estoy haciendo unos contactos para conseguir financiamiento, vamos a ver cómo me va.  Y lo otro es que ya estoy reincorporada a la universidad, en marzo me matriculo.  Bueno Debbie, que estés bien.  Estamos en contacto, y cuéntame cómo has estado, me encontré con la Paula Aliaga, en el seminario de femicidio acá en Santiago, y me enteré que andabas en un congreso en EE.UU.  Mucha suerte y cuídate mucho.  

19 de enero del 2009

La bicicleta camello apareció en mi sueño anoche

Estaba más vieja que la última vez que la vi.  Pero logré reconocerla y saber que era nuestra bicicleta.  Apareció en Temuco o en algún lugar del sur.  Pienso que fue Temuco porque estaba mi tía Gladys, la Soraya y Alexis.  Y alguien que es raro que aparezca en mis sueños, el Peque. 

Creo que la aparición de la bici se relaciona con este momento de hacer mi tesis, algo salió en mi sueño de aquello.  El Peque tenía que hacer o escribir, o revisar mi tesis.    

Quizás se relaciona la bici también con la conversación que tuve con el Sebastian ayer aquí en mi puesto, sobre su pasión por la bicicross.  Le conté que yo también tuve una bici Caloi como él la tiene ahora.  Quizás esta imagen gatilló la otra de la bici camello.  Justo me acordé de mi mamá cuando se iba en la bici camello al Consultorio Cóndores de Chile. 

23 de octubre del 2008

Algo me pasa con el escribir

Cada vez que intento escribir o tengo el impulso de hacerlo me aborda un temor indescriptible.  Quizás sea común a otras personas.  Pero lo cierto es que a mí me ha acarreado varios problemas, entre ellos y, bien importante, es la escritura de mi tesis. 

En el caso de la tesis es un miedo a exponerme, a desnudarme, es como eso.  Y desnudar mis temores, es muy contradictorio, pero eso me pasa.  Es un círculo que no encuentra su salida. O más bien un fluir que no se expresa y se estanca y da vueltas en sí mismo.  Un temor al ridículo y a mostrarme deficitaria en la articulación de mis ideas y conocimientos.  Creo que es arrogancia y mi falta de humildad. 

Es bastante paradójico porque después de escribir me siento mucho mejor, se me vienen imágenes y sentimientos de agrado y liberación del estancamiento.  ¿Por qué el miedo a esta liberación?  Creo que tiene que ver con la autocensura y la auto represión, malditas opresiones, maldita moral que me hace mal.  Es fuerte la presión externa que luego se vuelve interna. 

Creo que soy bien activa, los pensamientos me fluyen a cien por hora y si no salen de mí, me enferman, o eso creo.  Necesito realizar alguna acción con aquellos pensamientos.  Hablar, escribir, mover mi cuerpo, decidir, todas acciones que me permiten vivir en algún sentido. 

Creo que no lo haría mal como periodista, el pensar en los temas, luego investigarlos y después ir ordenándolos a medida que los voy redactando.  Sería un trabajo bien realizado por mí.  Sólo tengo que ir a la acción, me falta eso.  Cambiar la voz interior que me llama a la inacción y a la autoinvalidación.  Como me dijo una vez Juan Carlos Skewes: “tu problema es que te autoinvalidas”, no recuerdo las palabras textuales.  Pero eso no sé si me habrá ayudado, tal vez sí, tal vez no.  Quiero creer que sí.  Creo que saber que tengo problemas con las imágenes de autoridad, puede ayudarme a sacudir mis sentimientos de incapacidad e inferioridad ante un poder que parece me oprime. 

En los tres años después de mi regreso a Santiago negué la posibilidad de integrarme a los grupos humanos.  Hoy siento la necesidad consciente de integrarme desde algún lugar a la sociedad.  Mucha soledad me ha restado vitalidad y fuerza política.  Y además asertividad.  

De todas maneras, ha sido un proceso que por fin está encontrando algo de luz.  Al menos eso estoy pidiendo a gritos.  Todas estas reflexiones y cosas que siento y pienso son provocadas por algo tan simple como el miedo a escribir.  Es lo que más quiero y a lo que más temo.  Cómo se explica tanta contradicción, tantos opuestos, el deseo y la anulación de ese deseo. 

Según mis explicaciones son los efectos de una cultura castigadora y represora, cuyos productos son paradójicos.  Me he asustado con tantos mensajes anuladores.  Pienso por ejemplo en la arrogancia con que mis pares en la universidad se paraban en la vida.  Sus actitudes me llevaron a tomar la mía propia como de distancia y negación del mundo.           

Lo cierto es que estos fuck fears me han estado frustrando y por ellos y mi necedad tengo que soportar este trabajo decadente e ingrato.  Estoy aburrida del Call Center de cobranza.  Estoy pensando en escribir otras cosas, ser más descriptiva.  Construir mensajes más concretos y no tan intimistas.  Pero he empezado por algo, y, ese paso ya es importante para mí.  Por lo menos estoy practicando la gramática que no es menor.  Vamos a ver que escribiré en el futuro.  

Bien, ya quedan dos minutos para salir y desconectarme de la cobranza.  Hasta el lunes. 

11 de octubre del 2008

Hace tiempo que no tenía un nudo en la garganta

Hay cosas que me hacen sentir bien y otras que me producen tropiezos.  Por ejemplo, siento la necesidad de escribir algo, alguna cosa específica, y luego cuando estoy frente al papel con mi lápiz colocándole tinta, me voy por otros caminos.   Una palabra me gatilla ideas anteriores que, en el presente, además, toman otros sentidos, o sea, estoy en un nuevo pie emocional frente a estas ideas que regresan. 

Y así, es como un ir y venir de flujos lenguajeantes que me dan ganas de plasmarlos justo antes de ir a la idea principal, o, justo antes de empezar a desarrollarla.  Ahora por ejemplo me convoca este pequeño nudo que se me generó, creo a raíz de mis infinitos análisis de mi situación.  Situación que vivo como en muchos lugares de definición de mi identidad.   Pero es una situación que se encuentra dentro de otra, que es mi condición social de ser una egresada y no titulada de periodismo. 

Miro para atrás y veo la cantidad de miedos y mensajes negativos que me he autoenviado en relación al ejercicio del Periodismo.  Y creo que, es cierto, hay un porcentaje de no querer ser una periodista estereotipada, un algo de rebeldía frente a la formación y parada dominante que recibí.  Pero también es cierto que hay un saberme o pensarme incapaz de ejercer el periodismo.  Es una cojera que he llevado conmigo muy silenciosamente.  Y que me ha dañado mucho. 

Por no querer asumir, por arrogancia he negado la posibilidad de crecer y de realizarme.  Esta incapacidad creada en mi espíritu ya me está molestando, ha sido un manto que me ha envuelto inmovilizándome.  Pero ya me estoy moviendo, me estoy sintiendo mejor.  Ha sido un proceso que ha tomado su tiempo, pero ya ha rendido sus primeros frutos. 

Esta negación hacia las cosas del mundo está siendo permeada por sus reveses, como diría el Belcha, se me está moviendo el punto de encaje.  Qué raro, de repente aparecen palabras de otras voces en mi discurso.  Es increíble darse cuenta de lo que estamos hechos/as: una gran parte de lenguaje y discurso.  Pues es el mismo lenguaje que me ha permitido entrar, o ir entrando, en el mundo de las relaciones humanas. 

Esta experiencia de estar dentro y fuera del mundo social me ha hecho ver la importancia de lo social y el contacto con los otros/as.  Y del tipo de relación que establecemos, si es de amistad, amor y/o libertad, o si es de superioridad, desprecio o dominación.  Qué antropológica me resulta esta conclusión.  Pues en esto radica la libertad, en poder elegir las relaciones que queramos y que nos resultan sin cadenas y además placenteras. 

10 octubre del 2008

 

Estoy pensando en mi memoria y en aquello que pensé estaba recordando

Qué habrá sido esa zona de pensamientos e imaginaciones que me llevaron a sentir que estaba recordando aquellos registros atávicos más allá de mis recuerdos.  En palabras simples qué me llevó a pensar que estaba recordando un pasado que no me pertenecía.  Un pasado que no viví y que imaginé vivieron mis antecesores y los contemporáneos de mis antecesores, como los antepasados del papá del Coke, ¡Qué locura! 

A veces pienso si habría estado en los bordes de la locura.  Lo cierto es que mi último diagnóstico con la psiquiatra Dra. Frydman, fue catalogado de sicosis breve, es decir mis crisis tuvieron un principio y un final.  Por cierto, este último diagnóstico fue mucho más liberador permitiéndome entrar en una etapa nueva.  Hoy por hoy puedo sentir cómo me estoy sanando, sentir una mejoría o alivio en comparación a los tres últimos años antes de este. 

También es cierto que la decisión de enfrentar mis grandes temores trabajándolos día a día, con pequeños actos consecutivos que contribuyan a sentir avances en lo que se refiere a mi profesión, ha sido profundamente sanador. 

El hecho de haber empezado los trámites para hacer mi tesis y trabajar en el tema mismo, me ha trasladado a una posición más cercana a mi eje, a mi centro.  Estoy volviendo después de tantos años de negación de la carrera y del periodismo mismo. 

Ahora quiero escribir y escribir.  Armar textos y liberar en ellos el flujo de las ideas que se agolpan en mi cabeza.  También quiero crear con palabras, decir lo indecible e incluir otras voces en la constitución de la mía propia. 

Quiero concluir y dejar finales abiertos para abrirlos y cerrarlos at eternum. 

04 de octubre del 2008