domingo, 20 de marzo de 2022

Palabras nocturnas

Estábamos Wacolda, Sole, Gloria, Sole, Gloria Leal y Maira, Paula Santana, Paty, Lenina y yo. 

Después de la reunión de Coordinación de la Red Chilena contra la Violencia hacia las Mujeres: a veces creo que las feministas usamos las mismas palabras, pero hablamos distinto idioma.  Me refiero a las diferencias de nuestras vivencias que nos hacen únicas y particulares. 

4 de noviembre del 2009

Comunicación con Debbie

Querida Debbie, discúlpame si no respondí de inmediato a tu propuesta de colaborar en los menesteres de la página del colegio de antropólogos, estaba media aturdida después de mi examen de grado, no había pasado buenas noches y estaba como en estado de trance.  De hecho la noche de regreso a  Santiago no dormí nada, ahora ya estoy más convencida de que soy periodista.  Fueron muchos años de incompletud por la falta del título.

Bueno, mi respuesta es positiva, me gustaría poder colaborar en los quehaceres de la página.  Me tienes que dar todas las instrucciones del caso, ya sabes que nunca he subido información a una página web.  La estuve revisando, la encontré muy bonita e interesante, además que los temas me son familiares.

Debbie, también voy a estar haciendo otras cosas en la Red Chilena, no sé por cuanto tiempo, ayer tuvimos una reunión y la Sole Rojas nos invitó a las dos periodistas a ser parte de la coordinación de la Red.  Quedamos en que vamos a probar hasta noviembre, la verdad no sé si quiera ser de la coordinación, creo que no, me interesa más el trabajo periodístico o de reflexión que se pueda dar dentro.  Ahora me queda claro que las chicas de la Red viven de los proyectos y su militancia está marcada por eso. También voy a empezar a hacer notas en Feministas Tramando, no es mucho lo que me pagan, pero voy a estar desarrollando la pluma de a poco.  Con los tiempos no tendría problemas, me puedo organizar perfectamente. 

Cariños, 

30 de septiembre del 2009

 

Ya soy periodista

Creo que la Vivian ha dado en el clavo a una situación que me viene afectando cada cierto tiempo, a veces pasan años y no me pasa y a veces, puede ser varias en un año: el trance y el no dormir después de haber emociones fuertes que marcan, la verdad, no sé qué están diciendo muy bien, pero son parte de un comienzo de un nuevo momento.  

Este nuevo ciclo es uno que abarca varios otros semi ciclos, es un ciclo mayor, marca el comienzo del fin de la negación de mi carrera de periodismo que he experimentado durante muchos años.  Desde que comencé la carrera estudié sin saber muy bien en que me iba a convertir, no imaginaba situaciones posibles para mi vida después que terminara de estudiar.  Creo que eso fue algo que explica mi peregrinación experimental después que egresé, junto con la exacerbación de ciertos imaginarios soñadores que me situaron en perspectivas fantasiosas y poco apegadas a la realidad que viven todos/as mis conciudadanos/as. 

Es bueno soñar, pero también hay que hacer realidad los sueños, somos de carne y hueso y estamos insertos en una determinada economía que exige ciertos compromisos y deberes  para que podamos sostener la vida humana.  Bueno, pero de lo que yo quería hablar era de este trance que me acompañó en estos tres días y que poco a poco ya desaparece.  Sentí temor, entre medio, solté algunas lágrimas a solas, pero ya estoy en el camino de mis proyectos.  Ya no me aterroriza tanto entrar en estos trances, presiento la dirección a donde me quieren llevar y a donde yo me quiero dirigir también.  Lo que me preocupa es quedarme pegada en ellos y volver a sentir ese no lugar del cual no puedo salir. 

Rendir mi examen de grado fue apoteósico, quería hacer una buena presentación, me esforcé por no bloquearme y hacer un relato coherente y significativo.  Y creo que lo logré, me cuesta convencerme que ya lo hice.  

Hace algunas semanas, al acostarme he sentido un susurro, algo así como un impulso suave de rezar y comunicarme con Dios, lo hacía cuando chica, rezaba toda las noches y pedía por todos los niños y gente pobre en el mundo.  Era una sensación espectacular, como dormir después de una ducha caliente, relajante, y entrador en paz y armonía con el universo.  Dormía tranquila, flotaba entre las sábanas y sin darme cuenta llegaba el otro día.   Pero Dios se fue de mi vida a los 13 años, y no ha vuelto a entrar, ya tengo 35.  Pero sí he sentido la necesidad de algo así como un dios en mi vida, desarrollar mi espiritualidad en compañía con otras y otros, y creo que he propendido a eso, intencionalmente y también inconscientemente, y he tenido mis frutos.  

En las profundidades de mí, sé que está esa relación con Dios.  Lo sé, porque he necesitado su acción y presencia.  Lo que no sé y tengo grados de confusión es la imagen que tengo de la divinidad, varía, hay planos profundos como lo más ancestral de mí, y a la que invoqué y me encomendé para mi examen, Ngenechen.  Estuve en la duda si decir Chao Ngenechen, o Ngenechen a secas.  Finalmente opté por Ngenechen, porque era menos aculturizado según yo. Tal vez eso me hizo entrar en trance también, poner mi examen en un plano mágico-religioso. Pero la verdad necesitaba un apoyo espiritual. 

Ahora, como dijo la Debbie, al mundo. 

28 de septiembre de 2009

 

Querido Papá:

Aprovecho esta ocasión para decirte que eres una persona muy importante para mí y que deseo lo mejor para ti.  Deseo que encuentres la felicidad y la paz dentro de tu corazón, ya que sin la tranquilidad espiritual a veces la vida se vuelve un poco hostil.   

Quisiera agradecerte por todos estos años que llevas siendo mi padre, por tu apoyo y enseñanzas cuando era más pequeña, y simplemente por ser mi papá. Sin duda el tiempo ha pasado y las circunstancias de nuestras vidas han cambiado, pero entiendo que es parte del proceso vital de los seres humanos, los cambios nos enseñan y nos ponen nuevos desafíos para seguir caminando en este concierto de la vida.  Además, el lazo que nos une, no cambia, creo que nunca dejarás de ser mi padre, aunque nos enojemos o niegues tú paternidad (jaja) seguirás siendo mi padre. 

Me gustaría que compartiéramos más, junto con mis hermanas y la Antonia, para aprovechar cada momento la alegría de estar juntos como familia que somos.  Las familias nos necesitamos, aunque no nos demos cuenta o no hagamos el esfuerzo por saberlo, la cercanía nos fortalece como personas. 

Así que hoy voy a disfrutar con mi familia. 

¡Feliz día del Padre!                                               

Te quiero Mucho. 

21 de junio del 2009

 

Mapucheando

Me acordé de la guerra de las castañas en Temuco en el invierno del ‘92.  El Belcha, la Jimena, los grupos de apoyo y yo, haciendo la revolución étnica.  Hoy me pregunto que imágenes teníamos en nuestras cabezas, sueños, ideales compartidos en un presente infinito. 

04 de abril del 2009