viernes, 4 de mayo de 2012

Sin verbo


Estoy sin verbo recorriendo y habitando paisajes corporales sanadores y memorias traumáticas, también.  En el viaje me columpio de izquierda a derecha, algo se va, me alcanzo a dar cuenta, a mi mente la distrae el vaivén, algo se le olvida, vuelve al presente, quiero seguir columpiándome. 

Puedo cohabitar con tres hombres en la Plaza Nueva Zelandia, los recuerdo, y recuerdo el tiempo en que hablaba con los hombres adultos y viejos.  Un pedazo de lomo de cerro me habla, hay un manchón de bosque nativo en plena ciudad oscurecida por la contaminación del aire.  Esta mañana el Cerro Chena y la Cordillera estaban tapados por la bruma rojiza gris de esmog.  Vuelvo a la carga, se oscurece mi mente, mi corazón y mi aura, sigo mi convicción y mi fe, siento sin verbo, respiro.

Aparece el recuerdo intenso, y como un flash se va. 

Aparecen tus brazos, quiero abrazarte, me lleno de amor y te nombro en el presente.


Vanessa Naranjo Inostroza