Estoy sin verbo recorriendo y habitando paisajes corporales sanadores y memorias traumáticas, también. En el viaje me columpio de izquierda a derecha, algo se va, me alcanzo a dar cuenta, a mi mente la distrae el vaivén, algo se le olvida, vuelve al presente, quiero seguir columpiándome.
Puedo cohabitar con tres hombres
en la Plaza Nueva Zelandia, los recuerdo, y recuerdo el tiempo en que hablaba
con los hombres adultos y viejos. Un
pedazo de lomo de cerro me habla, hay un manchón de bosque nativo en plena
ciudad oscurecida por la contaminación del aire. Esta mañana el Cerro Chena y la Cordillera
estaban tapados por la bruma rojiza gris de esmog. Vuelvo a la carga, se oscurece mi mente, mi
corazón y mi aura, sigo mi convicción y mi fe, siento sin verbo, respiro.
Aparece el recuerdo intenso, y
como un flash se va.
Aparecen tus brazos, quiero
abrazarte, me lleno de amor y te nombro en el presente.
Vanessa Naranjo Inostroza