Me encontraba con el Tambo dentro de un Transantiago en San
Bernardo. Iba acompañado de uno de los
mechones de los que se hacía amigos en
El joven mechón que a estas alturas del tiempo, también transcurrido en el sueño, porque era una época actual, llevaba sus piernas muy cortas y delgadas. Apenas caminaba, era inválido y recién estaba dejando la silla de ruedas.
Le pregunté al Tambo cómo estaba, me contó que endeudado. Yo le dije que vivía aquí, en La Maestranza. Le mostré el lugar con la mano, le dije que eran esas casas de techos blancos que se veían en las faldas del cerro. El cerro era muy grande, parecido a uno que está en Coñaripe, era muy verde. Lo divertido es que en La Maestranza real no hay ningún cerro cerca.
Lo que recuerdo después es que veía al Belcha vestido con unas calzas verde claro ajustadas.
14 de julio del 2010