Alacafnatalata fue una de las mentiras más grandes que he inventado. Ya
estábamos medias aburridas de jugar a los mismos juegos con la Pamela, y me
parece que también estaba
Muy cínicamente expliqué de qué se trataba el juego y cuáles eran las
reglas. Todo salió de mi cabezota y sin
mucha lógica, o de una lógica sin mucho sentido lúdico que nos llevara a algún
objetivo. Lo que recuerdo es que teníamos que subir y bajar de los peldaños de
cemento que sostenían la reja, que en esa oportunidad fue la reja de la casa de
la Pamela por el lado de la calle, en función de ciertos colores que tenían que
decir las otras. Es lo que recuerdo a la
distancia. Lo que tengo más presente es
mi desfachatez por haber jugado el papel de conocedora de este supuesto juego
nuevo.
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