jueves, 24 de marzo de 2022

Come y calla

A raíz de los preparativos para el almuerzo de hoy en compañía de Maya y Rosa Yañez, me acordé del “come y calla” que más de alguna vez me dijo mi mamá cuando le preguntaba por algún merenjunje que me daba de comer. 

“Come y calla”, un dicho que tiene su grado de creatividad y comicidad, también encierra un dogma impositivo y autoritario relativo a la comida y cómo debe ser consumida ésta en ciertas ocasiones, sino en todas.  “Come y calla” es un atentado a las libertades individuales y al propio cuerpo, porque comer sin saber lo que estás comiendo por mandato de otros/as, en este caso de la madre, es una violación al derecho humano de saber y un abuso de poder. 

26 de mayo de 2010

Dos Pamelas y dos Rosas

Al acordarme de la pelea con la Pamela que vivía al frente de la casa verde agua de Nueva Imperial, amiga de la Rosa que vivía en la casa esquina donde se estrelló la camioneta amarilla de Juan el primo de mi mami; recordé también que en aquel tiempo hacía la analogía entre estas dos niñas de mi edad, y mis amigas Pamela y Rosa que estaban en Santiago, y que también vivían al frente de mi casa.  

La Pamela del sur era pobre, tenía piojos y siempre andaba con los mocos colgando.  Hoy después de contar la riña que tuve con ella, la Goty dijo que no me dejaba juntar con ella, creo acordarme de algo, no estoy muy segura.  La Rosa sureña, tenía un papá que estuvo en la cárcel, según escuchaba en ese entonces por haber violado a una niña. 

Con la Pamela y la Rosa sureñas, no alcanzamos a hacer amigas, pero sí sabíamos que existíamos y nos mirábamos y a lo lejos interactuábamos.  Era muy loco para mí tener la repetición de la versión de mis amigas santiaguinas con la versión de estas amigas sureñas.  La coincidencia de sus nombres y que vivieran al frente de mi casa también volvía curiosa esta repetición. 

25 de mayo del 2010

 

Sueño con Jimena Jerez

Soñé que me encontraba con la Jimena Jerez y me contaba que estuvo trabajando con su hermano en Santiago en la cocina y preparación de eventos.  Y que una vez su hermano no la dejó salir en la foto con los ministros, él solamente se llevaba los créditos. 

Mientras me contaba paseábamos por Niebla, y yo de paso le contaba que muchas veces había soñado con el Belcha, el Piru y ella, en la casa de Niebla.  Le conté que una vez soñé con una huerta esplendorosa atrás en la casa del Belcha con inmensas melgas de hortalizas, y que por ahí, en el sueño también andaba el Sebastian, el hijo del Belcha. 

En nuestra caminata llegábamos a una feria y comprábamos tomates y otras cosas, pero los echábamos en la bolsa de un caballero porque no teníamos bolsas propias.  La feria estaba en la Antupillán, por ahí por América, entrábamos a un puesto que era igual al negocio de la esquina con Loncomilla.  Al frente, en el pasaje nueve habían salido unos niños/as a jugar en el marco de un cumpleaños de un niñito de ahí.  Además, era feriado, o un fin de semana porque veía gente, dos hombres, uno parecía mi papi y otro uno de sus amigos, pasando por afuera de la casa de Araneda en un día de sol. 

23 de mayo del 2010

 

Después de la postura de Cholula

Estaba Josefina vestida con un chaleco oscuro preparando sándwich de marraquetas en un mesón con mantel o nylon blanco.  Yo andaba por ahí, y sentí que la escena significaba un momento de paso, fue como sentir haberme ganado la beca.  Algo había de celebración en esta imagen de preparación de pan al aire libre. 

Qué lástima que no me pueda acordar del otro sueño, los dos eran muy claros cuando desperté hoy a las 6:35 de la mañana. 

18 de mayo del 2010

El Viaducto del Malleco

En el sueño estaba la Antupillán, la casa de la Pamela y la mía.  Me enteraba que la Pamela se quedaría ahí para siempre, pensaba en que mi casa también estaría de alguna forma ahí para siempre.  

Estaba de noche, y en la parte de adelante de la casa de la Rosa había un pequeño charco de agua, una fuente natural de agua.  Metía la mano ahí y en el momento en que lo hacía se disipaba la capa de polvo que tapaba el fondo. En este instante se podía ver los pececitos chiquititos oscuros, como los que están a la orilla de los ríos y de los lagos en el sur de Chile.  

La Antonia también aparecía en el sueño, aparecíamos las dos en un lugar como en una parcela, un lugar medio lujoso y caro.  Antonia tenía un celular, era el mismo modelo que perdí  y que me había regalado la Carola.  Antonia recibía una llamada de su hermano que en el sueño era el Patricio, y después el Daniel, mis primos.  Ella respondía y hablaba normalmente.  Cuando intento hablar por el celular la comunicación se corta mientras Antonia me pasa el celular.  En el sueño, ambas teníamos que viajar, subirnos a un bus para ir a un lugar donde estaban todos. 

Finalmente me terminaba subiendo a un bus del Transantiago.  Pasaba, y no me veía uno de mis amigos que estaba a la pasada del bus.  Entre medio me contaba alguien que el tren que iba a un lugar lejano, de repente se detuvo en plena línea férrea, justo sobre la infraestructura muy similar al Viaducto del Malleco.  En esta circunstancia la gente se ponía a mirar para abajo y el tren se daba un poco vuelta.      

18 de mayo del 2010