viernes, 11 de marzo de 2022

Amor a otro ser

Si me lo hubiera imaginado no lo hubiera creído posible.  Estoy escribiendo ahora en el aquí con él, en su cama.  En un pequeño rincón de libertad.  Maravillosa libertad que amenaza con la caída al precipicio de la desesperación por amor a otro ser.  La TV, cada vez estoy más lejos de ella.  El mejor antiafrodisiaco es la TV.   Si quieres que alguien te deje, invítalo a ver TV.  Con paciencia se llega al cielo, ya me lo tengo ganado, pero para que quiero ir al cielo, si yo estoy bien aquí.  

Estoy viendo las cosas de otra manera.  Pienso distinto de antes.  Es decir, pienso.  Antes era a tontas y a locas.  Ahora espero y pregunto.  He aprendido y no sufro tan fácil. Ahora pienso más.  

Hay que ponerse las pilas con el trabajo en el Fondecyt.  Máquina de Skewes.

Lo mejor de escribir es recordar la idea de ser libre.

Libertad y amor.  Salud y amistad.  Mi amor.

21 de mayo del 2003

Amor a mí misma

Hoy quiero empezar a enamorarme de mí misma.

De vuelta en Valdivia, empieza mi nueva vida para mí. La oficina, mi cueva cotidiana, mi hogar con la Marisol y los fines de semana para ti.  Ya sabes Vanessa, depende de ese click en tu cabeza, ese pequeño rayo de luz no lo sueltes y amplifícalo, esa es la luz clave en el proyecto de vida que quieres construir conscientemente.  No te rindas.

No.  Quiero con todas mis fuerzas SANARME, ¡y llevar mi vida de amor, dignidad y trabajo!

19 de mayo del 2003

Soliloquio interior

Un cuaderno para escribir eso es justo lo que necesitaba.  Hoy en la mañana después de pensar y elevar mi consciencia dañada, sentí la necesidad de fluir y expresarme ante mi misma.  En el fondo ahora pienso que es la cárcel del alma la que me encarcela y oprime el corazón apasionado.  Creo que debo ser más inteligente y usar mi cabeza en mi propio beneficio.  Ya tengo suficientes experiencias de vida que me hablan de los cambios, las pérdidas, el alma en el cielo, la belleza de la vida, las emociones sublimes y el arte de lo cotidiano. 

Escribir puede ser un buen ejercicio espiritual de resurrección.  El movimiento interior siempre me ha desplazado hacia la luz de los objetos. 

Ya no esperaré el teléfono, insistir en un imposible ya es parte del pasado.  Deseo realizar cosas y posibles por mí misma.  Si acuerdo caminar con alguien a mi lado tendrá que ser de la manera más hermosa y amorosa posible.  Si no, seguiré amando la vida, mis seres queridos, mi persona, el cosmos, la entrega y todo el misterio que significa vivir.  Es mi deseo construir al estilo de la Vanessa, pero creo que eso no implica que “un otro” tenga que seguir este camino de trabajo, consciencia y amor, por ende, responsabilidad con lo que más amamos. 

Hoy respiro profundos cambios de vida.  Apagar … fue cambiar la lógica de mi vida.  Ya no más desesperación, yo te amo Vanessa; quiero lo mejor para ti y hoy estás en Santiago con tus hermanas y tu madre.  En un rato más volverás al nido que has abandonado y verás a uno de los seres que te dio la vida.  Estás aquí, Valdivia ya estará contigo otra vez y otra vez hasta que se renueve el contrato con tu vida. 

Saca tu garra, la fuerza está dentro de ti, escúchate y llora si es necesario.  Después ya sabes, siempre sale el sol.  Vive libre y responsable, así has sido tú y cuando no ha sido así, has pagado con creces, pero esas cuentas ya están saldadas.

18 de mayo del 2003

Vida social en Valdivia

Desde que llegué a Valdivia mi vida se tornó tornasol nublado primaveral.  Una extraña sensación se está posando en mi vida.  Hacía muchísimo tiempo que no tenía vida social con seres que no fuera mi núcleo familiar.  El “Café de las gordas”, “La Ultima Frontera”, se convirtió en un sitio que sentimos como un espacio nuestro.  Un punto de encuentro para los amigos y conocidos.  Un escenario de chismes íntimos que circulan por pasadizos transitables por la ciudadanía.  Lo digo por experiencia propia.

Una de esas volátiles informaciones correspondió a una de mis últimas cacerías.  La última después de largo tiempo.

4 de agosto de 1999

 

Rodeando un nudo ajeno de violencia intelectual

Aquí comienza la colección de frases que pretendo coleccionar desde aquí hasta el fin del milenio.  Y no es a propósito del milenio la presente colección, tal vez puede ser a propósito de un diario de vida, como lo hace el Belcha, o como, me gustaría a mí hacerlo.  Sinceramente hablando, es a raíz de los acontecimientos que sucedieron hoy y las emociones que tiznaron mi visión de mundo, y para tratar de tratar el tema con cierta exactitud, sin aspirar a la rigurosidad académica, por supuesto, diría que las emociones que se arremolinaron en el recipiente de las emociones, cualquiera sea este, actuaron sobre mi percepción, cambiándola, no de manera, nunca antes experimentada, pero sí, no habitual en el grueso de mi vida cotidiana. No quiero que se entienda, que estos estados de percepción o visión de mi experiencia y el mundo alterados sean no habituales, lo son, pero no con un entretiempo muy extenso entre cada vez que ocurren.
 
Estábamos los tres, cenando después del carrete de anoche.  Hablábamos de los pormenores de nuestra interacción y de la de los demás.  En eso el Belcha comenta que le gustaría conversar de verdad con el Chino, en el sentido de ser honestos con los amigos y expresar el pensamiento, las ideas, que se tienen con respecto a cualquier cosa.  Y mencionó:
-“Y no hacer lo que hacen el Piru con la Silvana”.
 Entonces vengo yo y le digo:
-“Deja de compararte siempre con ellos”
 
Por supuesto el Belcha me dijo que el asunto es más complicado que eso.  Lo miré escéptica, adivinando el contenido de su argumentación.  Y le dije que él el otro día dijo que me contaría lo que pasaba con el Piru y la Silvana, algo me mencionó sobre una ayuda que él les prestó en algo con unas ideas, porque ellos se lo pidieron. Resultó que no entró en detalles y yo no se los pedí porque caía de cajón que era un tema censurado y que se estaba tomando atribuciones que no le fueron dadas por el “Par”, por eso no insistí en conocer esa vez el suculento secreto.  Pero esta vez, manifesté curiosidad y se lo planteé: “¡y qué tanto!”.  Porque sinceramente, el Par ya me estaba llegando a la coronilla.  Cómo tanto misterio y complicación, o como diría la Jime, culebreos y huevás turbias.  Porque me parece y me parecía que le dan demasiada importancia y por ende poder al “Par”.  Un poder que no se lo merecen, porque cagan hediondo y tienen cabeza igual que el resto de los mortales de su especie.  Siempre pensé eso y nunca los vi a ellos como grandes seres ilustrados y maravillosos.  Creo que lo que han construido tiene una formula cuyos ingredientes es el amor de pareja que ellos cultivan, el consumo de drogas, cierta preparación académica y el azar. 
 
La intención, o como venía la mano, de parte de la argumentación del Belcha, la sabía de antemano, por razones obvias, comparto con ellos, la Jime y el Belcha, somos amigos y además hemos construido nuestro mundo nosotros también.  Pero a pesar de eso hay ciertas zonas que respetamos, o que yo les respeto y no trato de ir más allá.  Por el lado de que es más complicado que eso nada podía sorprenderme.  La frase incluía todo lo que yo necesitaba saber para entender la influencia que el “Par” ejercía en el Belcha y la Jime.  Por razones que ya dije.  Pero lo que desconocía venía de parte de los hechos.  Había acontecimientos que ignoraba y que de manera directa me involucraban. 
 
El “Par” escribió un libro con las ideas que desarrolló.  Le pidieron al Belcha que se lo redacte.  Fue en el ‘97, invierno, un poco antes de que nosotros desarrolláramos nuestras ideas.  Periodo que para el Belcha fue significativo, porque su vida estaba en un punto muerto y se acentúo más con las cosas que el “Par” le criticó.  Viajó a Santiago a escribir.  Le pidieron el más estricto silencio, incluso con la Jime, opta, o el amor por la Jime  o el desarrollo de nuevas ideas.  Finalmente, los señores del “Par”, decidieron que en la Jime se podía confiar y que podía ser útil, aportar en la majamama.  También viajó a Santiago la señorita, sin que nadie supiera.  Todo debía ser secreto, nadie podía enterarse de que la Jimena viajó a la casa de los “Par”.  Y por supuesto nadie podía saber las ideas.  Entonces cuando el Belcha llegó a Valdivia, y empezaron a “pasar las cosas por sí mismas” se le armó el conflicto al Belcha.  No, no.  El conflicto se le armó cuando el Belcha escribió el libro sobre nuestras ideas que estaban “pasando por sí mismas”.  El muy tonto tiene el complejo que le ha machucado su hermano, a saber, que él imita lo que ellos practican como una forma de vida, o sea producir ideas al estilo del Piru y la Silvana, es decir el “Par” poseedor de una esencia trascendete, y reproducir relaciones de laboratorio, es decir, reproducir prácticas cognitivas con sus amigos al estilo del “Par”.  El dilema está en que el “Par” va a pensar que el Belcha es un tipo de plageador o imitador, que se está asegurando y pasando de listo con las ideas supuestamente de ellos, pero que son nuestras.  Porque a todo esto, las ideas del “Par” parecen que son muy similares a las nuestras.  El asunto parece simple.  Pero el nudo está en que el Belcha se siente invalidado por ellos, por toda su historia compartida con ellos, eso lo anula al momento de proceder con eficacia.  Se le crea una terrible disyuntiva porque frente a ellos él aparece como una persona de no fiar.  Y por eso su libro con nuestras ideas no se ha publicado, según el Belcha eso es algo que lo ha demorado.  Yo no sé si será cierto o no.  Puede ser. 
 
La cosa es que ya me estoy aburriendo de relatar resumidamente lo que pasó hoy en la cena.  Después de haberle deseado mal al “Par” y de haber llorado y reído por un secreto que duró dos años para mí, considero que es ridículo lo que pretendían ellos, que es ridículo como se lo vive el Belcha, más que la Jime, que es ridículo que el conflicto permanezca.  Es ridículo que el conflicto con el “Par” continúe.
 
1 de agosto de 1999