Desde que llegué a Valdivia mi vida se tornó tornasol nublado primaveral. Una extraña sensación se está posando en mi vida. Hacía muchísimo tiempo que no tenía vida social con seres que no fuera mi núcleo familiar. El “Café de las gordas”, “La Ultima Frontera”, se convirtió en un sitio que sentimos como un espacio nuestro. Un punto de encuentro para los amigos y conocidos. Un escenario de chismes íntimos que circulan por pasadizos transitables por la ciudadanía. Lo digo por experiencia propia.
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario