Al acordarme de la pelea con la Pamela que vivía al frente de la casa verde agua
de Nueva Imperial, amiga de la
Rosa que vivía en la casa esquina donde se estrelló la
camioneta amarilla de Juan el primo de mi mami; recordé también que en aquel
tiempo hacía la analogía entre estas dos niñas de mi edad, y mis amigas Pamela
y Rosa que estaban en Santiago, y que también vivían al frente de mi casa.
La
Pamela del sur
era pobre, tenía piojos y siempre andaba con los mocos colgando. Hoy después de contar la riña que tuve con
ella, la Goty
dijo que no me dejaba juntar con ella, creo acordarme de algo, no estoy muy
segura. La Rosa sureña, tenía un papá
que estuvo en la cárcel, según escuchaba en ese entonces por haber violado a
una niña.
Con la Pamela
y la Rosa
sureñas, no alcanzamos a hacer amigas, pero sí sabíamos que existíamos y nos
mirábamos y a lo lejos interactuábamos.
Era muy loco para mí tener la repetición de la versión de mis amigas
santiaguinas con la versión de estas amigas sureñas. La coincidencia de sus nombres y que vivieran
al frente de mi casa también volvía curiosa esta repetición.
25 de mayo del 2010
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