sábado, 19 de marzo de 2022

Hace tiempo que no tenía un nudo en la garganta

Hay cosas que me hacen sentir bien y otras que me producen tropiezos.  Por ejemplo, siento la necesidad de escribir algo, alguna cosa específica, y luego cuando estoy frente al papel con mi lápiz colocándole tinta, me voy por otros caminos.   Una palabra me gatilla ideas anteriores que, en el presente, además, toman otros sentidos, o sea, estoy en un nuevo pie emocional frente a estas ideas que regresan. 

Y así, es como un ir y venir de flujos lenguajeantes que me dan ganas de plasmarlos justo antes de ir a la idea principal, o, justo antes de empezar a desarrollarla.  Ahora por ejemplo me convoca este pequeño nudo que se me generó, creo a raíz de mis infinitos análisis de mi situación.  Situación que vivo como en muchos lugares de definición de mi identidad.   Pero es una situación que se encuentra dentro de otra, que es mi condición social de ser una egresada y no titulada de periodismo. 

Miro para atrás y veo la cantidad de miedos y mensajes negativos que me he autoenviado en relación al ejercicio del Periodismo.  Y creo que, es cierto, hay un porcentaje de no querer ser una periodista estereotipada, un algo de rebeldía frente a la formación y parada dominante que recibí.  Pero también es cierto que hay un saberme o pensarme incapaz de ejercer el periodismo.  Es una cojera que he llevado conmigo muy silenciosamente.  Y que me ha dañado mucho. 

Por no querer asumir, por arrogancia he negado la posibilidad de crecer y de realizarme.  Esta incapacidad creada en mi espíritu ya me está molestando, ha sido un manto que me ha envuelto inmovilizándome.  Pero ya me estoy moviendo, me estoy sintiendo mejor.  Ha sido un proceso que ha tomado su tiempo, pero ya ha rendido sus primeros frutos. 

Esta negación hacia las cosas del mundo está siendo permeada por sus reveses, como diría el Belcha, se me está moviendo el punto de encaje.  Qué raro, de repente aparecen palabras de otras voces en mi discurso.  Es increíble darse cuenta de lo que estamos hechos/as: una gran parte de lenguaje y discurso.  Pues es el mismo lenguaje que me ha permitido entrar, o ir entrando, en el mundo de las relaciones humanas. 

Esta experiencia de estar dentro y fuera del mundo social me ha hecho ver la importancia de lo social y el contacto con los otros/as.  Y del tipo de relación que establecemos, si es de amistad, amor y/o libertad, o si es de superioridad, desprecio o dominación.  Qué antropológica me resulta esta conclusión.  Pues en esto radica la libertad, en poder elegir las relaciones que queramos y que nos resultan sin cadenas y además placenteras. 

10 octubre del 2008

 

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