sábado, 6 de marzo de 2010

“Esto es una situación que amerita una solidaridad política y no una solidaridad asistencial”


Mafalda Galdames Castro, Directora de Formación de ANAMURI (Asociación Nacional de Mujeres Rurales e Indígenas), es parte de la Articulación Feminista y de la Coordinación 8 de Marzo, que en estos días prepara la Conmemoración del Día Internacional de las Mujeres en sus 100 años de existencia en Santiago de Chile, en un contexto de sororidad y hermandad con las mujeres afectadas por el reciente sismo que vivió el país. En esta oportunidad nos relata su experiencia y la de ANAMURI, junto con las acciones y reflexiones que se han suscitado a raíz de la situación de emergencia que se constata en algunas regiones del país.


¿Mafalda, dónde estabas cuando sucedió el sismo?


Estaba acá en Santiago en un departamento en el que vivo cuando estoy activa para la ANAMURI. Por lo tanto el terremoto me pilló acá en Santiago, no en provincia, ni en mi casa de Chiloé.


¿Con quién estabas?


Con mi compañero y mi hija. Viví horas de terror, pero pasó. El departamento quedó entero agrietado, de hecho vengo del banco para ver si tengo derecho a que me hagan un chequeo a través del crédito hipotecario.


¿En qué piso estabas?


En el primero de tres, no es un edificio moderno, es un edificio antiguo, así que los cimientos al parecer resistieron bien, lo que se agrietó fueron las paredes. Pero estamos habitándolo.


¿Y después que pasó el sismo…?


Después que pasó el sismo nosotros tratamos de salir afuera, estar con los vecinos en el jardín común y ahí nos amanecimos hasta que llegó la claridad del día, y al parecer ya no venía una replica muy fuerte. Y nos volvimos a nuestros distintos departamentos para verificar los daños. Desgraciadamente por ser primer piso fui una de las más dañadas dentro de mi Block, por que el terremoto fue algo tan extraño que parecía que todo se comprimía, no fue ondulante. Fue una cosa muy espantosa la sensación de sentir que todos los pisos te iban a aplastar.


¿Y ANAMURI cómo lo vivió?


En ANAMURI, menos mal, como todavía era época de vacaciones no había nadie. Gracias a que no estaba nadie durmiendo en la ANAMURI, porque nosotros tenemos dormitorios en la ANAMURI para las socias que vienen por razones de salud a alojar a nuestra casa. Y precisamente yo fui al otro día a verificar los daños en la casa, estaba todo botado, la casa sufrió daños estructurales. Tenemos que abandonar la casa urgentemente, la casa se mueve sola, es una casa de cuatro pisos ubicada en Concha y Toro en el Barrio Brasil. Vino la municipalidad, dijo que había que abandonar la casa, no la han clausurado, pero nosotros sabemos que tenemos que irnos de forma urgente antes de fin de mes. Como te digo tenemos nuestras directoras que son todas regionales, nosotros tenemos que tener un espacio donde las directoras tienen que tener su habitación para llegar, se quedan en la ANAMURI.


¿Y Alicia, la presidenta?


Ella estaba acá en Santiago, y armamos rápidamente un comité operativo y ejecutivo, que somos tres de todo el directorio. En estos momentos estamos asumiendo todo el control post-terremoto, que son la Alicia, la Pancha y yo, las tres directoras nacionales que estamos en Santiago. Y estamos concentrando la actividad de coordinación de catastro de las regiones, de diagnóstico de saber que le pasó a cada socia. Y además de establecer comunicación internacional, porque nosotros somos una organización que está afiliada a dos grandes centrales internacionales que son la Vía Campesina y la Marcha Mundial de Mujeres. Por lo tanto nosotras tenemos mucho comunicado con las organizaciones de todos los continentes, con nuestras organizaciones hermanas rurales de mujeres, donde nos llaman, y a cada rato correo. Ha sido fundamental la operatividad desde la oficina.


¿Qué han constatado con sus socias de regiones?


Hemos constatado y es lo que yo les he contado aquí, nosotros tomamos la decisión de hacer un viaje, aunque fuera precipitado para establecer en terreno mismo como se estaba dando la situación, y la Alicia y la Pancha, fue en ese viaje. Se le llamó la caravana de la solidaridad, llevaron un camión con la Universidad Academia de Humanismo Cristiano, el que asumió ahí fue José Bengoa. Y se llegó hasta Cofquecura, que fue el epicentro. Se demoraron 10 horas en llegar a Cofquecura. Hubo cosas muy importantes, nosotros siempre para nuestras salidas contratamos buses con una empresa amiga, “pues esta vez”, le dijimos al de la empresa de buses no tenemos plata para contratarte, pero necesitamos urgente un chofer que maneje un mini bus que nos pone la Confederación Ranquil, y él se ofreció de forma voluntaria como chofer para ese mini bus y nos llevó en forma voluntaria a la delegación de ANAMURI, detrás del camión que puso Emaus, también de forma gratuita. Como te digo nosotros ya hemos establecido una red básica. Después de esta visita, surgió mucho más la necesidad de formar una coordinación con las organizaciones que trabajan en el mundo rural la reunión se tuvo hoy día. Estamos coordinadas como organizaciones principalmente sociales y además estamos coordinadas con la Red de Acción de ONGs, que además tiene su propia coordinación, entonces vamos a ser una retroalimentación constante, entre las ONGs que están coordinadas que ya se reunieron ayer y nosotros los grupos de la sociedad civil que nos reunimos ayer como confederaciones, sindicatos y organizaciones gremiales. Se hizo un análisis que esto es una situación que amerita una solidaridad política y no una solidaridad asistencial. Por lo tanto nuestro mensaje es totalmente distinto. Vamos a sacar una declaración de principios y esa declaración de principios se va hacer correr para que quien quiera firmarla la firme. Donde que de claro cual va a ser nuestro trabajo de solidaridad en función de que aquí se ha fomentado durante 30 años el asistencialismo. Donde no se ha propiciado la organización social y se ha destruido la organización social, se ha fomentado el individualismo. Y ha conllevado toda esta situación de caos y catástrofe, donde la gente sin principios éticos morales y ni organizativos ha llevado el liderazgo como se ha mostrado en la prensa a través de que se dice que aquí hay bandas organizadas de lumpen. Nosotros decimos que esto es consecuencia de que no ha habido fomento a la organización de la sociedad civil y se le ha destruido en función de fomentar el neoliberalismo. En otras décadas con otros terremotos no sucedió.


No estamos diciendo que vamos a oponernos que haya intervención militar pero no estamos por el militarismo, de hecho en nuestra marcha de este 8 de Marzo íbamos a sacar un cartel que dijera: “No al militarismo, basta de violencia a las mujeres en Haití”. Pues ahora se revierte la situación hacia nosotros, y ese mismo “No al militarismo, basta de violencia a las mujeres en Chile”. No quiere decir que estemos contra el orden social, no es eso, no nos vamos a oponer en oposición franca contra lo que está sucediendo, simplemente vamos a entregar una propuesta distinta. Y esta propuesta distinta pasa por esto, es un trabajo a largo plazo de coordinación para volver a empoderar a la sociedad civil para que se organice en situaciones de emergencia. El terremoto es una tarea de largo plazo que necesita una reestructuración de la sociedad civil bajo principios éticos morales y colectivos.


¿Y para este 8 de marzo cuál crees tú que es el gran mensaje que tenemos que dar las mujeres?


Con mayor razón en este 8 de Marzo las mujeres tienen que pensar en la organización social. Hay mujeres que han sabido afrontar este 8 de Marzo en los pueblos, en los pueblos las mujeres no han hecho saqueo. En los pueblos las mujeres si se han organizado.


Por Vanessa Naranjo Inostroza

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