Y la pileta apareció en la vida real, ahí estaban los pececitos de colores, naranjos puros, naranjos con negro, blancos con naranjo. Eran nueve y uno de ellos gordito, entero naranjito y más chico. El único que faltaba era el sapo azul. La pileta estaba amusgada sobre su pintura celeste oscuro.
Mi sueño fue una premonición de este espacio donde se desarrolló la
actividad del Cosech:
10 de abril del 2010
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