domingo, 27 de marzo de 2022

Con Gustavo Quilaqueo

Apareció Gustavo Quilaqueo, el compañero de Alexis, mi primo mayor del lado materno, en la enseñanza media, en mi sueño de esta mañana. A Gustavo lo había visto hace un tiempo en el diario Azquintuwe en una foto donde aparecía defendiendo la causa mapuche en un encuentro con el país vasco. 

En el sueño, lo veía en Temuco, en una gran reunión mapuche, nos encontrábamos, él no se acordaba de mí obviamente, aunque cuando nos quedamos frente a frente, me dijo algo así cómo dónde fuiste mi polola.  En el sueño cruzábamos palabras, de pronto vino el baile y me invitaba a bailar en una hilera donde estaban hombres y mujeres mapuche, no podía resistirme, había que bailar.  Nos abrazábamos como si nos hubiéramos conocido toda la vida, y lo que es más, como si nos hubiéramos estado deseando hace mucho tiempo.  Era un abrazo cálido, tibio, el me olía, yo le besaba el cuello sin temores, nuestros cuerpos hablaban en masculino y femenino. 

Entremedio del baile, miraba a mi alrededor, veía a dos mujeres que bailaban abrazadas besarse, dos mujeres mapuche vestidas a la usanza.  El lugar era como una feria, se veían las casas típicamente sureñas de madera, pintadas de azules y celestes, bajas. 

Recuerdo que entre las cosas que conversábamos, Gustavo me contó que demoró tres años en aprender Mapudungun. 

Es muy loco que justo haya soñado con mi lado mapuche, después de haber ido a hablar con Judith para decirle que me iba a tomar unas vacaciones porque las posturas me habían producido cosas profundas, y que quería tomármelo con calma. Al despedirme, Judith, me pregunta si me había comunicado con la mujer mapuche que estuvo en el rito de solsticio en Con-spirando. 

8 de noviembre del 2010

 

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