Tengo el presentimiento que me sanaría el escribirlo todo, el hablarlo todo, pero sin irme a los extremos, porque quizás la esquizofrenia que llevamos todas y todos podría activarse. Pero sí tengo la certeza que desplegar la pluma en la pantalla del computador o sobre el papel, calmaría mi intranquilidad nerviosa.
Estoy tomando conciencia de que tengo que transformar esta compulsión interna reprimida en cosas hermosas y maravillosas. Ese es mi deseo, sublimar lo abyecto para sintonizar con la belleza de las cosas de este mundo.
También es cierto que tengo que vivir de algo, y estoy recién pensando de qué quiero vivir, aunque ya tenga un camino recorrido. La tarea ahora es retomar y darle continuidad a mis pasiones que todavía permanecen en mí en los hologramas de mi memoria. Y por supuesto en los sentires de mi cuerpo. Entonces manos a la obra y a la acción.
24 de mayo del 2008
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