sábado, 12 de marzo de 2022

Luna Nueva

Anoche pasó un acontecimiento de nuevo con el Coke.  Me levantó la voz para decirme lo herido que se sintió con los dibujos míos de la tabla.  Los hice esa vez del carrete cuando llegamos de Santiago, cuando lo único que quería era estar en comunión con él, porque mi espíritu y mi cuerpo así me lo decían. 

Creo que no podemos seguir con esta tragicomedia de las equivocaciones o mal interpretaciones.  Lo amo, pero no puedo seguir aceptando alzadas de voz sin considerar lo que le pasa al otro.  Deseo conversaciones productivas y sanadoras.  Espero que este día sea positivo.  Sigo con el tratamiento de las flores. 

En la noche.  Estoy de regreso de Mehuín, aquí en la casa del Coke, esperándolo.  Me llamó hace un rato.  Las llaves estaban debajo del tablón.  Buen indicio, sin embargo, cuando veníamos llegando a Valdivia entró un miedo ambiguo.  Debe ser que hay heridas en mi corazón que están presentes más allá de la razón de entenderlo a él.  Entiendo la fuente de origen, pero igual el entendimiento se desvanece cuando entra a operar el animal herido que se encuentra en observación y sanación.  Esperanza y paciencia es la clave en este camino que ya empezó.  Es increíble la herencia anterior a la hora de la protección.  Sé que no tengo que temer, que toda la respuesta y seguridad están dentro de mí.  Tengo que eliminar los temores, porque realmente no tengo nada que perder, tengo mucho que ganar, experiencia y la posibilidad de vivir en pareja.  Situación que puede llegar a ser real, aunque nunca se sabe sobre el futuro. 

Vamos a experimentar que pasa. 

31 de mayo del 2003

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